Muchos correran de aui para alla

Daniel 12:4

Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y el conocimiento aumentará.


“Hay muchos hijos del Señor que andan corriendo de aquí para allá buscando una ancla estable y un canal seguro. Será tu responsabilidad y tu misión alumbrarles el camino a estas personas.” (P.M.B)

Wednesday, March 2, 2011

El Corazon del Sermon del Monte


Sión, Febrero 2 del 2011

Un Quórum del Sacerdocio Eficaz

Los Poseedores del Sacerdocio han de establecer de Nuevo a Sión


Este es el cuarto de una serie de artículos sobre los quorumes del sacerdocio y sus objetivos.  Las Escrituras de nuestros días indican que los poseedores del Sacerdocio han de “establecer de nuevo a Sión”, según lo profetizo Isaías y como esta especificado en las Doctrinas y convenios. (Vease Isaias 52:1,8  y 113-8)

En base a esto, mis muy amados hermanos porque deberías ser muy amados, yo quisiera compartir lo que no se puede compartir porque no se puede explicar con palabras pero es un aceite muy valioso que se llama Kolob-Orion o Colirio que se obtiene gota a gota y no se todavía como trasferirlo, pero si puedo indicar a como obtenerlo individualmente. Esto se hace con escudriño de las escrituras, con ferviente oración, con gozoso ayuno, con fe o inmovible confianza en Dios, con mucho arrepentimiento y con obediencia a todos y cada uno de los mandamientos sin empero y a pesar de todo y a toda  costa.

El Salvador le mando a Enoc que se untara los ojos con barro para que pudiera ver. En otras palabras le dijo a ve a tus padres y ellos te dirán todo lo que debes hacer o en otras palabras ve al Templo para que recibas tus lavamientos, tus unciones, tus instrucciones etc. Nefi, hijo de Lehi, como uno de los espíritus de una de las siete iglesias, se encontraba en la iglesia de LA ODISEA; es decir en una terrible incertidumbre y se sintió un pobre desdichado y un miserable al verse a si mismo su corrupción física con los ojos de la santidad. De igual manera se le mando construir su propio templo para el también poder recibir una piedrecilla blanca y así poder ver muchas cosas que Juan el Amado también vio pero que se le prohibió que escribiera. También, durante su ministerio terrenal, pese a las controversias que se le formularon por hacerlo, El Señor Jesucristo hizo ver a un ciego haciendo un poco de lodo con su saliva y le dijo que fuera al templo y se lavara en el estanque de Siloe; y que después que se mostrarse al sacerdote para que lo declarará limpio o sano. Esto de lo que hablo desde que tenemos templos sagrados en estos últimos días pasa todos los días y tiene mucho que ver o en común con en el libro de revelación o de Apocalipsis donde el Señor dice lo siguiente a las iglesias:


Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no sabes que tú eres un desdichado, y miserable, y pobre, y ciego y desnudo. Yo te aconsejo que compres de mí oro refinado en el fuego para que seas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio para que veas. Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Apocalipsis 3
El Señor dijo sobre su cuerpo algo como esto, destruid este templo y lo reconstituiré en tres días. Porque cuando el discípulo esta preparado para recibir el Señor viene súbitamente a su templo. Y Su morada esta en las alturas y para bajar tiene que pasar muy cerca de su trono o por la constelación Kolob-Orion. Y en su trayectoria el no puede evitar remover el polvo reluciente de las estrellas.  Si has ido al Templo en uno de esos días es muy posible que te impregnes con vestigios de su fulgente gloria y veas y sepas cosas maravillosas que ojo no vio y que oído no oyó ni que hayan llegado aun al corazón del hombre. Cosas que parecen pequeñas al entendimiento del hombre pero que obran potentes maravillas para la honra y la gloria de Dios. Yo se y testifico que un profeta puede hacer cosas santas, grandes y poderosas a la vista de Dios, esto no es ningún misterio.  Pero un pecador arrepentido como Pablo y como alma entre otros puede hacer inexplicables maravillas que están escondidas de los sabios y confunden a los eruditos. Alma como Enoc y como Melchizedeck el príncipe de Salen o el rey de la paz obtuvieron el cielo. Y es por eso que yo y ustedes estamos acá. No cree este sitio o grupo para entretener sino para que nos ayudemos mutuamente a perfeccionarnos quizás alguno de esotro como ellos obtenga el cielo, suba o sea arrebatado a Sión.
Hermanos, ustedes y yo sabemos que José Smith fue y es un profeta y que la Iglesia a la que asistimos es la Iglesia verdadera de Jesucristo y lo será siempre. En las manos de Cristo el restauro muchas cosas pertinentes a la salvación del hombre. Entre ellas esta la traducción de muchas partes perdidas de la Biblia. Como ustedes podrán saber tenemos las palabras traducidas pero no sabemos lo importante o trascendente y la magnitud que son esas partes claras y preciosas que fueron omitidas por manos inicuas.  Si nuestra meta es la perfección para poder establecer a Sión, creo que nos conviene saber lo siguiente:
Yo tengo una copia personal completa en Ingles de la traducción de la Biblia por medio de José Smith. Y leyendo una porción de la traducción de José Smith del Nuevo Testamento en el Libro de Mateo en el idioma Ingles; no hace mucho descubrí una omisión sumamente importante que nos fue restaurada por José Smith. Es en efecto la plenitud del evangelio eterno de Jesucristo que estaba al principio del Sermón del monte como en el versículo del dos o tres al cinco según los bloques numerados que ahora tenemos en la Biblia.  Yo llamo esa omisión o parte clara y  preciosa que fue quitada “El corazón del Sermón del Monte.” Y se que si reflexionamos con la mente del Señor, por muy bello que sea ese sermón que el nos dejo, este no tiene ninguna validez o eficacia en ninguna alma del mundo sin esos versículos que se omitieron pese a lo hermoso del sermón. El sermón del monte no fue dirigido al público en general sino específicamente a los miembros de la iglesia y Jesucristo o a los elegidos. El se lo estaba comunicando como en privado a sus apóstoles después de haberse el apartado de la multitud al Monte donde se los comunico.

 Lo que quiero decir es que las bienaventuranzas del Sermón del Monte no tienen validez o no son efectivas en ninguna alma viviente de persona en el mundo, salvo los niños pequeños, porque nadie puede ser verdaderamente justo, o verdaderamente puro de corazón, o un verdadero príncipe de paz o pacificador, o sediento de justicia divina, o llorar para tener el derecho de ser consolado por el Santo Espíritu de la promesa, o ser Manso o pobre de espíritu, o recibir las bendiciones que se prometen en todas las bienaventuranzas sin antes haber ejercido la fe en Jesucristo, sin haberse arrepentido de los pecados, sin haberse bautizado por inmersión; y sin haber obtenido el don del espíritu santo por medio de la imposición de manos de alguien con autoridad. El Sermón del monte es una ley celestial de perfeccionamiento y estas cosas no se pueden obtener sin obtener primero las conversión o las ordenanzas básicas de salvación incluyendo el bautismo de fuego en o después de la imposición de manos.

He aquí un extracto de que lo que digo es cierto y verdadero porque esto fue lo que dijo Jesús a sus apóstoles, y no a la multitud en esos dos o tres versículos que se omitieron: De igual forma le sucedió a los Nefitas cuando el vino a visitar a nuestros padres después de su resurrección. Los que sobrevivieron las calamidades que acontecieron durante la muerte del Salvador fueron los más justos; y ellos debieron haber ya sido miembros de la Iglesia o por lo menos bautizados para poder obtener tan grandes cosas que el Señor personalmente  les manifestó.  Creo que la traducción de José Smith de la Biblia no esta enteramente traducida al lenguaje Español todavía como yo la tengo. Y este es el extracto perdido que yo quiero compartir con ustedes para su meditación y si es posible para su provecho eterno.

“Benditos son aquellos que creerán en mi; y otra vez, mas benditos son aquellos que creerán en vuestras palabras, cuando testifiquéis que me habéis visto y de que YO SOY. Si, benditos son aquellos que creerán en vuestras palabras y vengan a las profundidades de la humildad, y sean bautizados en mi nombre; porque ellos serán visitados con fuego y con el Espíritu Santo, y recibirán una remisión de sus pecados. Si, benditos son los puros de espíritu que vengan a mi, porque se ellos es el renio de los cielos.” “ Y otra vez, benditos son los que lloran……etc…”

Como podréis ver en el párrafo anterior estas cosas maravillosas que el señor estaban incluidas en ese bello Sermón y como leemos lo que el promete solo acontecen para nuestro eterno beneficio o es el modelo de perfeccionarnos pero solo después de haber entrado en la senda estrecha i angosta o en la puerta que conduce al reino de los cielos y no antes porque no puede haber bautismo de fuego sin el bautismo de agua y sin la ordenanza de la imposición de manos salvo que no exista otra manera como le sucedió a Alma y a José Smith i Oliverio Cowdery después de bautizarse el uno al otro.

Y así como estas omisiones hay otras partes claras y preciosas importantes que debemos sacar a la luz por nuestros propios dones y/o virtudes celestiales. Y que también dejan mucho que decir de los inicuos que metieron desautorizadamente sus narices en las Santas Escrituras y que deliberadamente las omitieron despojándolas de lo esencial. De igual forma yo creo que todas las profecías y revelaciones o escrituras sacrosantas están dirigidas mas particularmente a los escogidos que a la populación general que muy poco se pueden beneficiar de ellas sin haber recibido la adecuada conversión. Y termino esta jornada diciéndoos las mismas palabras que Alma utilizo cuando dijo:

Y ahora os digo, hermanos míos, si habéis experimentado un cambio en el corazón, y si habéis sentido el deseo de cantar la canción del amor que redime, quisiera preguntaros: ¿Podéis sentir esto ahora? ¿Habéis caminado, conservándoos irreprensibles delante de Dios? Si os tocase morir en este momento, ¿podríais decir, dentro de vosotros, que habéis sido suficientemente humildes? ¿que vuestros vestidos han sido lavados y blanqueados mediante la sangre de Cristo, que vendrá para redimir a su pueblo de sus pecados? He aquí, ¿os halláis despojados del orgullo? Si no, yo os digo que no estáis preparados para comparecer ante Dios. He aquí, debéis disponeros prontamente; porque el reino de los cielos pronto se acerca, y el que no esté preparado no tendrá vida eterna. He aquí, digo: ¿Hay entre vosotros quien no esté despojado de la envidia? Os digo que éste no está preparado; y quisiera que se preparase pronto, porque la hora está cerca, y no sabe cuándo llegará el momento; porque tal persona no se halla sin culpa. Y además, os digo: ¿Hay entre vosotros quien se burle de su hermano, o que acumule persecuciones sobre él?

¡Ay de tal persona, porque no está preparada; y el tiempo está cerca en que debe arrepentirse, o no puede ser salva Sí, ¡ay de todos vosotros, obradores de iniquidad! ¡Arrepentíos, arrepentíos, porque el Señor Dios lo ha dicho! He aquí, él invita a todos los hombres, pues a todos ellos se extienden los brazos de misericordia, y él dice: Arrepentíos, y os recibiré. Sí, dice él: Venid a mí, y participaréis del fruto del árbol de la vida; sí, comeréis y beberéis libremente del pan y de las aguas de la vida; sí, venid a mí y haced obras de rectitud, y no seréis talados y arrojados al fuego. Porque he aquí, el tiempo está cerca en que todo aquel que no diere buen fruto, o sea, el que no hiciere las obras de rectitud, tendrá razón para gritar y lamentarse.

¡Oh obradores de iniquidad, vosotros que os habéis engreído con las vanidades del mundo, vosotros que habéis declarado conocer las sendas de la rectitud, y, sin embargo, os habéis descarriado como ovejas sin pastor, no obstante que un pastor os ha llamado, y os está llamando aún, pero vosotros no queréis escuchar su voz!


He aquí, os digo que el buen pastor os llama; sí, y os llama en su propio nombre, el cual es el nombre de Cristo; y si no queréis dar oídos a la voz del buen pastor, al nombre por el cual sois llamados, he aquí, no sois las ovejas del buen pastor. Y si no sois las ovejas del buen pastor, ¿de qué rebaño sois? He aquí, os digo que el diablo es vuestro pastor, y vosotros sois de su rebaño; y ahora bien, ¿quién puede negarlo? He aquí, os digo que quien niega esto es un embustero e hijo del diablo. Porque os digo que todo lo que es bueno viene de Dios; y todo lo que es malo, del diablo procede.

Por lo tanto, si un hombre hace buenas obras, él escucha la voz del buen pastor y lo sigue; pero el que hace malas obras, éste se convierte en hijo del diablo, porque escucha su voz y lo sigue. Y el que hace esto tendrá que recibir de él su salario; por consiguiente, recibe como su salario la muerte, en cuanto a las cosas que pertenecen a la rectitud, ya que está muerto a toda buena obra. Y ahora bien, hermanos míos, quisiera que me escuchaseis, porque hablo con la fuerza de mi alma; porque, he aquí, os he hablado claramente de modo que no podéis errar, o sea, he hablado según los mandamientos de Dios.

Porque soy llamado para hablar de este modo, según el santo orden de Dios que está en Cristo Jesús; sí, se me manda que me levante y testifique a este pueblo las cosas que han hablado nuestros padres concernientes a lo que está por venir. Y esto no es todo. ¿No suponéis que sé de estas cosas yo mismo? He aquí, os testifico que yo sé que estas cosas de que he hablado son verdaderas. Y ¿cómo suponéis que yo sé de su certeza? He aquí, os digo que el Santo Espíritu de Dios me las hace saber. He aquí, he ayunado y orado muchos días para poder saber estas cosas por mí mismo. Y ahora sé por mí mismo que son verdaderas; porque el Señor Dios me las ha manifestado por su Santo Espíritu; y éste es el espíritu de revelación que está en mí.

Y además, os digo que así se me ha revelado, que las palabras que nuestros padres han hablado son verdaderas, aun de conformidad con el espíritu de profecía que en mí se halla, el cual también es por la manifestación del Espíritu de Dios. Os digo yo que sé por mí mismo, que cuanto os diga concerniente a lo que ha de venir es verdad; y os digo que sé que Jesucristo vendrá; sí, el Hijo, el Unigénito del Padre, lleno de gracia, de misericordia y de verdad. Y he aquí, él es el que viene a quitar los pecados del mundo, sí, los pecados de todo hombre que crea firmemente en su nombre.

Y ahora os digo que éste es el orden según el cual soy llamado, sí, para predicar a mis amados hermanos, sí, y a todo el que mora sobre la tierra; sí, a predicar a todos, ora ancianos o jóvenes, ora esclavos o libres; sí, os digo, a los de edad avanzada y también a los de edad mediana y a la nueva generación; sí, para declararles que deben arrepentirse y nacer de nuevo.
Sí, el Espíritu así dice: Arrepentíos todos vosotros, extremos de la tierra, porque el reino de los cielos está cerca; sí, el Hijo de Dios viene en su gloria, en su fuerza, majestad, poder y dominio. Sí, amados hermanos míos, os digo que el Espíritu dice: He aquí la gloria del Rey de toda la tierra; y también el Rey del cielo brillará muy pronto entre todos los hijos de los hombres. \

Y me dice también el Espíritu, sí, me clama con voz potente, diciendo: Ve y di a los de este pueblo: Arrepentíos, porque a menos que os arrepintáis, de ningún modo podréis heredar el reino de los cielos.  Y además, os digo que el Espíritu declara: He aquí, el hacha está puesta a la raíz del árbol; por lo tanto, todo árbol que no produzca buen fruto, será talado y echado al fuego; sí, un fuego que no puede ser consumido, un fuego inextinguible. He aquí, y tened presente, el Santo lo ha dicho.

Y ahora os digo, amados hermanos míos: ¿Podéis resistir estas palabras? Sí, ¿podéis desechar estas cosas y hollar con los pies al Santo de Israel? Sí, ¿podéis inflaros con el orgullo de vuestros corazones? Sí, ¿persistiréis aún en usar ropas costosas y en poner vuestros corazones en las vanidades del mundo, en vuestras riquezas? Sí, ¿persistiréis en suponer que unos sois mejores que otros? Sí, ¿persistiréis en perseguir a vuestros hermanos que se humillan y caminan según el santo orden de Dios, en virtud de lo cual han entrado en esta iglesia —habiendo sido santificados por el Santo Espíritu— y hacen obras dignas de arrepentimiento? Sí, ¿persistiréis en volver vuestras espaldas al pobre y al necesitado, y en negarles vuestros bienes? Y por último, a todos vosotros que queréis persistir en vuestra iniquidad, os digo que éstos son los que serán talados y arrojados al fuego, a menos que se arrepientan prontamente.

Y a todos vosotros que deseáis seguir la voz del buen pastor, ahora os digo: Salid de entre los inicuos, y conservaos aparte, y no toquéis sus cosas inmundas; pues he aquí, sus nombres serán borrados, a fin de que los nombres de los inicuos no sean contados entre los nombres de los justos, para que se cumpla la palabra de Dios, que dice: Los nombres de los inicuos no serán mezclados con los nombres de los de mi pueblo; porque los nombres de los justos serán escritos en el libro de la vida, y a ellos les concederé una herencia a mi diestra. Y ahora bien, hermanos míos, ¿qué tenéis que decir en contra de esto? Os digo que si habláis en contra de ello, nada importa; porque la palabra de Dios debe cumplirse.

Pues, ¿qué pastor hay entre vosotros que, teniendo muchas ovejas, no las vigila para que no entren los lobos y devoren su rebaño? Y he aquí, si un lobo entra en medio de su rebaño, ¿no lo echa fuera? Sí, y por último, si puede destruirlo, lo hará. Y ahora os digo que el buen pastor os llama; y si escucháis su voz, os conducirá a su redil y seréis sus ovejas; y él os manda que no dejéis entrar ningún lobo rapaz entre vosotros, para que no seáis destruidos.


Y ahora bien, yo, Alma, os mando, con las palabras de aquel que me ha mandado a mí, que os esforcéis por cumplir con las palabras que os he hablado. Os hablo por vía de mandamiento a vosotros que pertenecéis a la iglesia; y por vía de invitación os hablo a los que no pertenecéis a ella, diciendo: Venid y bautizaos para arrepentimiento, a fin de que también participéis del fruto del árbol de la vida.

(Libro de Mormón | Alma 5:26 - 62)


Como sabéis y podréis ver estas palabras no son mías ni vienen de mi sino de Jesucristo y como el lo ha dicho así se cumplirán y yo solo os las declaro como uno que tiene autoridad porque para este fin yo he sido enviado y lo hago humildemente con la única mira de glorificar a Dios y a su Hijo Ahman en el nombre Santo de Jesucristo, Amen.

Atentamente, un indigno siervo en las manos de Cristo.

Miguel Ángel Tinoco Rodríguez