Sión Y Jerusalén, Abril 1 del 2013
Hepzibah Beulah.
Paz sea con tigo y los de tu casa.
Y he aquí, oyó una voz de los cielos, que decía: Éste es mi Hijo amado en quien tengo complacencia. A él oíd.
(TJS | Mateo 3:46)
Soy Miguel Ángel Tinoco, un viejo conocido y un verdadero hijo de Dios. Te he visto y me has visto en los concilios de los santos. Yo, en verdad, he orado mucho por ti porque conozco por el poder de Dios que esta en mi los pensamientos de tu mente y las intenciones de tu corazón y pese a lo que he visito, sabido y oído de ti, tengo gran respeto por ti, por tu padre y por tu hermano cuyo nombre es mi deseo confesar ante mi Padre Celestial cuando venga mañana. Porque así me dice Mi Dios y tu Dios, mi Señor y tu Señor que te diga:
He aquí, el tiempo presente es llamado hoy hasta la venida del Hijo del Hombre; y en verdad, es un día de sacrificio y de requerir el diezmo de mi pueblo, porque el que es diezmado no será quemado en su venida. Porque después del día de hoy viene la quema —esto es, hablando según la manera del Señor— porque de cierto os digo, mañana todos los soberbios y los que hacen maldad serán como rastrojo; y yo los quemaré, porque soy el Señor de los Ejércitos; “y no perdonaré a ninguno que se quede en Babilonia. Por tanto, si me creéis, trabajaréis mientras dure lo que es llamado hoy.”
(Doctrina y Convenios | Sección 64:23 - 25)
Ahora bien, porque me niegas? Acaso me tomas como un demente como lo han hecho los demás de entre los de mi casa? Porque así dice mi Padre que te diga: No te das cuenta que me honras con tus labios, pero tu corazón esta lejos de mi. Primero me buscas y me das la mano como de amistad y luego me hechas de tu casa? Porque quien desprecia a uno de estos pequeñitos a quienes he enviado a predicar mi evangelio mi me desprecia. Es acaso porque se os ha ensañado las cosas de mi Padre? Dime ahora, por cual de ellas soy echado de tu portal? Porque según veo ayer estabas en mi lista pero ahora no y deseo saber si te he ofendido en algo para arrepentirme ante mi Dios disculparme contigo. Te hablo con la verdad y jamás un hombre te ha hablado o te hablara así.
No obstante, como veras, no tengo licencia para hablar de cosas personales o de hacer amistad en estos sitios como ustedes lo hacen. Es porque tengo impedimento. Por eso mis logros son pequeños entre los del mundo. Pensé que tú no eras uno de ellos.
Pero ustedes en estos portales que tienen cantidades de amigos o conocidos, por lo menos deben dejar que de vez en cuando se posteen mensajes indirectos como los que me has visto publicar hasta entones. O como los que tu misma publicas como para invitar a todos a venir a Cristo. Yo a nadie le cierro las puertas así me insulten, blasfemen contra Dios o contra mi o no. La diferencia entre lo que hacen ustedes y lo que hago yo es que yo solo utilizo estos sitios mayormente para administrar o impartit el evangelio eterno con poder y autoridad de lo alto como lo hace el señor y no en twits o mensajes cortos y sin poder y autoridad. Este es mi territorio porque aquí donde están los inicuos. Porque de esto también escrito esta:
De nuevo digo, escuchad, élderes de mi iglesia, a quienes he nombrado: No sois enviados para que se os enseñe, sino para enseñar a los hijos de los hombres las cosas que yo he puesto en vuestras manos por el poder de mi Espíritu; y a vosotros se os enseñará de lo alto.
Santificaos y seréis investidos con poder, para que impartáis como yo he hablado. Escuchad, pues he aquí, el gran día del Señor está cerca. Porque viene el día en que el Señor hará resonar su voz desde el cielo; los cielos se estremecerán y la tierra temblará, y la trompeta de Dios sonará larga y fuertemente, y dirá a las naciones dormidas: ¡Levantaos, santos, y vivid; quedaos, pecadores, y dormid hasta que llame otra vez!
(Doctrina y Convenios | Sección 43:15 - 18)
Por lo tanto, ceñid vuestros lomos, no sea que se os halle entre los inicuos. Levantad vuestras voces sin cesar. Llamad a las naciones a que se arrepientan, tanto ancianos como jóvenes, ora esclavos o libres, diciendo: Preparaos para el gran día del Señor; porque si yo, que soy hombre, alzo mi voz y os llamo al arrepentimiento, y me aborrecéis, ¿qué diréis cuando venga el día en que los truenos hagan oír sus voces desde los extremos de la tierra, hablando a los oídos de todos los vivientes, diciendo: Arrepentíos y preparaos para el gran día del Señor? Sí, ¿y cuando los relámpagos resplandezcan desde el este hasta el oeste, y llegue el clamor de sus voces a todos los vivientes, haciendo zumbar los oídos de todos los que oigan, diciendo: Arrepentíos, porque el gran día del Señor ha llegado?
Y además, el Señor emitirá su voz desde los cielos, diciendo: ¡Escuchad, oh naciones de la tierra, y oíd las palabras del Dios que os hizo!
¡Oh vosotras, naciones de la tierra, cuántas veces os hubiera juntado como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas, mas no quisisteis! ¡Cuántas veces os he llamado por boca de mis siervos y por la ministración de ángeles, y por mi propia voz y por la de los truenos y la de los relámpagos y la de las tempestades; y por la voz de terremotos y de fuertes granizadas, y la de hambres y pestilencias de todas clases; y por el gran sonido de una trompeta, y por la voz del juicio y de la misericordia todo el día; y por la voz de gloria y de honra y la de las riquezas de la vida eterna, y os hubiera salvado con una salvación sempiterna, mas no quisisteis! He aquí, ha llegado el día en que la copa de la ira de mi indignación está llena.
He aquí, en verdad os digo, que éstas son las palabras del Señor vuestro Dios.
Por tanto, trabajad, trabajad en mi viña por última vez; por vez postrera llamad a los habitantes de la tierra. Porque en mi propio y debido tiempo vendré sobre la tierra en juicio, y mi pueblo será redimido y reinará conmigo sobre la tierra. Porque vendrá el gran Milenio, del cual he hablado por boca de mis siervos. Porque Satanás será atado; y cuando de nuevo quede libre, reinará solamente una corta temporada, y entonces vendrá el fin de la tierra.
Y el que viviere en rectitud será cambiado en un abrir y cerrar de ojos, y la tierra pasará como si fuera por fuego. Y los inicuos irán al fuego inextinguible, y ningún hombre en la tierra sabe el fin de ellos, ni lo sabrá jamás, sino hasta que comparezcan delante de mí en juicio.
Escuchad estas palabras. He aquí, soy Jesucristo, el Salvador del mundo. Atesorad estas cosas en vuestro corazón, y reposen en vuestra mente las solemnidades de la eternidad. Sed sobrios. Guardad todos mis mandamientos. Así sea. Amén.
(Doctrina y Convenios | Sección 43:19 - 35)
Acaso no veis que estoy trabajando incasablemente hasta altas horas de la mañana entre los inicuos y me es preciso predicarles el arrepentimiento. Porque el día prometido ha llegado en que el conocimiento de un salvador se ha extendido por sobre toda la tierra, inclusive entre los paganos y ateos. Y esta escrito que en este día, nadie, sino los niños pequeños, será salvo sino es por el arrepentimiento. Porque así se me ha mandado a enseñar y a declarar; y el Ángel del Señor así lo ha hablado diciendo:
Y además, te digo que vendrá el día en que el conocimiento de un Salvador se esparcirá por toda nación, tribu, lengua y pueblo. Y he aquí, cuando llegue ese día, nadie, salvo los niños pequeños, será hallado sin culpa ante Dios, sino por el arrepentimiento y la fe en el nombre del Señor Dios Omnipotente.
Y aun ahora, cuando hayas enseñado a los de tu pueblo las cosas que el Señor tu Dios te ha mandado, ya no son hallados entonces sin culpa a la vista de Dios, sino de acuerdo con las palabras que te he hablado.
Y ahora he declarado las palabras que el Señor Dios me ha mandado. Y así dice el Señor: Estarán como reluciente testimonio contra los de este pueblo en el día del juicio, y por ellas serán juzgados, todo hombre según sus obras, ya sea que fueren buenas o que fueren malas. Y si fueren malas, serán consignados al horrendo espectáculo de su propia culpa y abominaciones, que los hará retroceder de la presencia del Señor a un estado de miseria y tormento sin fin, de donde no podrán ya volver; por tanto, han bebido condenación para sus propias almas. Por consiguiente, han bebido de la copa de la ira de Dios, la cual tan imposible le sería a la justicia negársela, como haberle negado a Adán que cayera por participar del fruto prohibido; por tanto, la misericordia ya no podría reclamarlos para siempre jamás. Y su tormento es como un lago de fuego y azufre, cuyas llamas son inextinguibles, y cuyo humo asciende para siempre jamás. Así me ha mandado el Señor. Amén.
(Libro de Mormón | Mosíah 3:20 - 27)
Acaso no estabas tu también a altas horas de la madrugada aquí mientras yo publicaba? Lo que escribo como blogs no es exclusivo ni dirigido específicamente a ti, sino inclusivo, esto nos concierne a todos por igual y lo envió e muchísimas personas por mensajes privados. Y seria bueno que estas cosas se compartieran los unos con los otros como yo lo hago. Hay mucho trabajo que hacer, porque como ha dicho el Señor la mies s grande y los obreros son pocos. Así que por favor no te ofendas o pienses que te estoy hablando o estoy hablando específicamente de ti. Porque de escrito esta para todos los discípulos de Cristo de loo cuales tú y yo somos uno:
A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. “Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.”
No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, y a la hija contra su madre y a la nuera contra su suegra. Y los enemigos del hombre serán los de su casa.
El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí. Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará. El que os recibe a vosotros, a mí me recibe; y el que a mí me recibe, recibe al que me envió. El que recibe a un profeta porque es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo porque es justo, recompensa de justo recibirá. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, porque es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.
Mateo 10:32-42
Dice además el Señor: Por cuanto las hijas de Sión son altivas, y andan con cuello erguido y ojos desvergonzados, y caminan como si bailaran, y producen tintineo con los pies; herirá, pues, el Señor la mollera de las hijas de Sión con sarna, y descubrirá su desnudez. En aquel día quitará el Señor la ostentación de sus ajorcas, y redecillas, y lunetas; los collares, y los brazaletes, y los rebociños; las cofias, los adornos de las piernas, los tocados, los pomitos de olor y los zarcillos; los anillos, y los joyeles para la nariz; las mudas de ropa de gala, y los mantos, y las tocas, y las bolsas; los espejos, y los linos finos, y los rebozos, y los velos. Y sucederá que en lugar de perfumes, habrá hediondez; y soga en lugar de cinturón; y en lugar de cabellos peinados, calvicie; y en lugar de mantos, cilicio; y quemadura en lugar de hermosura. Tus varones caerán a espada, y tus fuertes en la batalla. Y sus puertas se lamentarán y enlutarán, y ella, desolada, se sentará en tierra.
(Libro de Mormón | 2 Nefi 13:16 - 26)
Y sucedió que vi a otros que se adelantaban, y llegaron y se asieron del extremo de la barra de hierro, y avanzaron a través del vapor de tinieblas, asidos a la barra de hierro, hasta que llegaron y participaron del fruto del árbol. Y después de haber comido del fruto del árbol, miraron en derredor de ellos, como si se hallasen avergonzados. Y yo también dirigí la mirada alrededor, y vi del otro lado del río un edificio grande y espacioso que parecía erguirse en el aire, a gran altura de la tierra. Y estaba lleno de personas, tanto ancianas como jóvenes, hombres así como mujeres; y la ropa que vestían era excesivamente fina; y se hallaban en actitud de estar burlándose y señalando con el dedo a los que habían llegado hasta el fruto y estaban comiendo de él. Y después que hubieron probado del fruto, se avergonzaron a causa de los que se mofaban de ellos; y cayeron en senderos prohibidos y se perdieron.
Y ahora bien, yo, Nefi, no relato todas las palabras de mi padre; pero para ser breve en lo que escribo, he aquí, él vio otras multitudes que avanzaban; y llegaron y se agarraron del extremo de la barra de hierro; y siguieron hacia adelante, asidos constantemente a la barra de hierro, hasta que llegaron, y se postraron, y comieron del fruto del árbol. Y vio también otras multitudes que se dirigían a tientas hacia el grande y espacioso edificio. Y aconteció que muchos se ahogaron en las profundidades de la fuente; y muchos otros desaparecieron de su vista, desviándose por senderos extraños. Y grande era la multitud que entraba en aquel singular edificio. Y después de entrar en él nos señalaban con dedo de escarnio a mí y también a los que participaban del fruto; pero no les hicimos caso.
Éstas son las palabras de mi padre: Pues todos los que les hicieron caso se perdieron. Y ni Lamán ni Lemuel comieron del fruto, dijo mi padre. Y aconteció que luego que mi padre hubo relatado todas las palabras de su sueño o visión, que fueron muchas, nos dijo que a causa de estas cosas que había visto en la visión, temía en gran manera por Lamán y Lemuel; sí, temía que fueran desterrados de la presencia del Señor. Y entonces los exhortó, con todo el sentimiento de un tierno padre, a que escucharan sus consejos, para que quizá el Señor tuviera misericordia de ellos y no los desechara; sí, mi padre les predicó. Y después de haberles predicado, y también profetizado de muchas cosas, les mandó que guardaran los mandamientos del Señor; y cesó de hablarles.
(Libro de Mormón | 1 Nefi 8:24 - 38)
Y aconteció que vi, y doy testimonio de que el grande y espacioso edificio representaba el orgullo del mundo; y cayó, y su caída fue grande en extremo. Y me habló otra vez el ángel del Señor, diciendo: Así será la destrucción de todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos que combatan contra los doce apóstoles del Cordero.
(Libro de Mormón | 1 Nefi 11:36)
Y lo que digo a uno, lo digo a todos los hombres; velad, pues, porque no sabéis la hora en que vuestro Señor viene.
(Perla de Gran Precio | JS-Mateo 1:46)
Mujer, ruego a Dios que no te sucedan ninguna estas cosas como le sucederán a muchos tanto en la puerta como afuera de la puerta del reino de Dios. Estas cosas las hablo como mensajero de Dios y actuó como uno que tiene autoridad en el Sagrado y poderosos nombre de Jesucristo, Amen
Atentamente un siervo fiel y verdadero en las manos de Cristo
Miguel Ángel Tinoco Rodríguez
Y el Padre dijo: Arrepentíos, arrepentíos y sed bautizados en el nombre de mi Amado Hijo. Y además, vino a mí la voz del Hijo, diciendo: A quien se bautice en mi nombre, el Padre dará el Espíritu Santo, como a mí; por tanto, seguidme y haced las cosas que me habéis visto hacer. Por tanto, amados hermanos míos, sé que si seguís al Hijo con íntegro propósito de corazón, sin acción hipócrita y sin engaño ante Dios, sino con verdadera intención, arrepintiéndoos de vuestros pecados, testificando al Padre que estáis dispuestos a tomar sobre vosotros el nombre de Cristo por medio del bautismo, sí, siguiendo a vuestro Señor y Salvador y descendiendo al agua, según su palabra, he aquí, entonces recibiréis el Espíritu Santo; sí, entonces viene el bautismo de fuego y del Espíritu Santo; y entonces podéis hablar con lengua de ángeles y prorrumpir en alabanzas al Santo de Israel.
Mas he aquí, amados hermanos míos, así vino a mí la voz del Hijo, diciendo: Después de haberos arrepentido de vuestros pecados y testificado al Padre, por medio del bautismo de agua, que estáis dispuestos a guardar mis mandamientos, y habéis recibido el bautismo de fuego y del Espíritu Santo y podéis hablar con una nueva lengua, sí, con la lengua de ángeles, si después de esto me negáis, mejor os habría sido no haberme conocido.
Y oí la voz del Padre que decía: Sí, las palabras de mi Amado son verdaderas y fieles. Aquel que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y ahora bien, amados hermanos míos, por esto sé que a menos que el hombre persevere hasta el fin, siguiendo el ejemplo del Hijo del Dios viviente, no puede ser salvo.
Por tanto, haced las cosas que os he dicho que he visto que hará vuestro Señor y Redentor; porque por esta razón se me han mostrado, para que sepáis cuál es la puerta por la que debéis entrar. Porque la puerta por la cual debéis entrar es el arrepentimiento y el bautismo en el agua; y entonces viene una remisión de vuestros pecados por fuego y por el Espíritu Santo. Y entonces os halláis en este estrecho y angosto camino que conduce a la vida eterna; sí, habéis entrado por la puerta; habéis obrado de acuerdo con los mandamientos del Padre y del Hijo; y habéis recibido el Espíritu Santo, que da testimonio del Padre y del Hijo, para que se cumpla la promesa hecha por él, que lo recibiríais si entrabais en la senda.
Y ahora bien, amados hermanos míos, después de haber entrado en esta estrecha y angosta senda, quisiera preguntar si ya quedó hecho todo. He aquí, os digo que no; porque no habéis llegado hasta aquí sino por la palabra de Cristo, con fe inquebrantable en él, confiando íntegramente en los méritos de aquel que es poderoso para salvar. Por tanto, debéis seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres. Por tanto, si marcháis adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna. Y ahora bien, amados hermanos míos, ésta es la senda; y no hay otro camino, ni nombre dado debajo del cielo por el cual el hombre pueda salvarse en el reino de Dios. Y ahora bien, he aquí, ésta es la doctrina de Cristo, y la única y verdadera doctrina del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, que son un Dios, sin fin. Amén.
(Libro de Mormón | 2 Nefi 31:11 - 21)