Tengamos un fortísimo consuelo, los que buscamos refugio para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros; la cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo; donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
HEBREOS 6:18-20