Tal como un fuego se ve ya ardiendo EL SANTO ESPIRITU DEL GRAN CREADOR |
Sión 1 de Diciembre del 2011
Sabed esto por el Espíritu de Dios que Es mejor conocer a Dios que simplemente saber de EL. Porque algunos de vosotros habéis ejercitado la fe y habéis preguntado y deseáis saber como llegar al conocimiento de Dios, escribo hoy estas cosas de acuerdo con el don de Dios y el conocimiento y virtud de la palabra y de la letra del evangelio tal y como esta escrita en el ceno del Padre.
Sabed también que tal como un fuego se ve ya ardiendo el Santo Espíritu del gran creador. Visiones y dones antiguos ya vuelven y Anglés vienen cantando loor. Porque nadie viene al padre sino es por su hijo Jesucristo. Y nadie viene a Cristo si no es por el espíritu santo que el Padre ha enviado a los que creyeren para dar testimonio del padre y del hijo así como de la veracidad de todas las cosas. Pero el espíritu de Dios no puede morar en templos inmundos, por lo tanto antes que El espíritu Santo nos pueda hacer una viva fotocopia de Jesucristo en nuestra alma, debe haber una preparación. A esta preparación se le llama conversión de un estado carnal a un estado espiritual. Este cambio puede ser inmediato y grandioso o gradual y pasivo.
La conversión completa viene depuse de haber ejercitado fe en el Señor Jesucristo para arrepentimiento ofreciéndole debidamente un corazón quebrantado y un espíritu contrito que conlleva al bautismo y a la recepción del don del espíritu Santo; y subsiguientemente a la abnegada obediencia de todos y cada uno de los santos mandamientos fundamentales que Dios nos ha dado por una corta temporada o lo suficiente para que el Espíritu Santo pueda hacer su trabajo completo. De no ser así, uno vuelve a caer y a levantarse con fe, potente oración y ayuno hasta que uno esta lo suficientemente receptivo y ejercita suficientemente fe para mantenerse o para perseverar en obediencia para que el espíritu Santo obre en nosotros y termine lo que empezó a menos que nosotros lo abandonemos por completo.
El guardar los mandamientos fundamentales de Dios o los diez o trece mandamientos, invita al Espíritu Santo a guiarnos de la mano hasta recibir el convenio sempiterno en su plenitud, que es la plenitud del Espíritu Santo que no es nada mas ni menos que una completa inmersión o conversión como la de Alma, sus amigos y Pablo entre otros. Esto es como obtener el reino de los cielos en la tierra. No hay otro libro sobre la faz de la tierra que tenga más ejemplos de conversiones como las que están en el libro de mormón. Y los mecanismos básicos para lograrla están ausentes en la Biblia por causa de la iniquidad y las supercherías sacerdotales que violaron la ley, cambiaron la ordenanza y así quebrantaron el convenio sempiterno en la iglesia primitiva. Y fue entonces cuando la tierra se oscureció y se enfermo bajo sus habitantes. De esto escrito esta:
Y la tierra se contaminó bajo sus moradores, porque traspasaron las leyes, cambiaron la ordenanza, quebrantaron el convenio sempiterno.
La Conversión es lo que se denomina como el bautismo de Fuego y del Espíritu Santo que lo efectúa Jesucristo mismo al momento de recibir el bautismo y el don del Espíritu Santo o después según cuan arrepentidos, listos, dispuestos y determinados estemos en Servir a Dios a toda costa y perseverar hasta el fin siendo testigos de el en todo tiempo, en todo lugar, en todas las cosas aun hasta la muerte por medio de la religión pura. Porque de esto escrito esta:
He aquí las aguas de Mormón (porque así se llamaban); y ya que deseáis entrar en el redil de Dios y ser llamados su pueblo, y estáis dispuestos a llevar las cargas los unos de los otros para que sean ligeras; sí, y estáis dispuestos a llorar con los que lloran; sí, y a consolar a los que necesitan de consuelo, y ser testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar en que estuvieseis, aun hasta la muerte, para que seáis redimidos por Dios, y seáis contados con los de la primera resurrección, para que tengáis vida eterna; os digo ahora, si éste es el deseo de vuestros corazones, ¿qué os impide ser bautizados en el nombre del Señor, como testimonio ante él de que habéis concertado un convenio con él de que lo serviréis y guardaréis sus mandamientos, para que él derrame su Espíritu más abundantemente sobre vosotros?
(Libro de Mormón | Mosíah 18:8 - 10)
Ahora bien mis muy amados hermanos porque deberías ser muy amados, esto es un proceso espiritual así como los es una operación de corazón abierto en un quirófano. Salvo que este se efectúa en su santa iglesia o en algún lugar santo o predilecto. Dios prometió este grande y potente cambio a su pueblo desde los días del antiguo testamento en Jeremías, Ezequiel; y también en Hebreos y en Corintions en el nuevo testamento de la Biblia. Pero no se describe como lograrlo. Y esto se profetizo cuando Dios dijo que haría un nuevo pacto o convenio con su pueblo en el cual nos quitaría el corazón de piedra y nos daría y corazón de carne. Esto es como una circuición en el corazón o el alma en la que podemos dar cabida al espíritu de Dios a que nos purifique de toda inmundicia. Esto no viene solo, tenemos que desearlo porque sin ello, pese a todo el conocimiento y convenios que hagamos con Dios donde sea que los hagamos, no podremos cumplir fielmente todos los mandamientos y perseverar hasta el fin. Esto hace la diferencia entre saber de Dios y de conocerlo como para obtener un testimonio de su divinidad. Y el testimonio de Jesucristo es el espíritu de profecía. Por esto digo que no viene solo porque es acompañado de revelación directa. Porque el bautismo de Agua sin el bautismo de fuego y del Espíritu Santo solo es como medio bautismo.
Y de esto hablan las escrituras dos de las cuales menciono algunas preliminares diciendo:
Y os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis juicios y los pongáis por obra.
Y les daré un solo corazón y pondré un nuevo espíritu dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de su carne y les daré un corazón de carne, para que anden según mis estatutos, y guarden mis decretos y los cumplan, y sean mi pueblo, y yo sea su Dios.
Echad de vosotros todas vuestras transgresiones que habéis cometido, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habéis de morir, oh casa de Israel?
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo convenio con la casa de Israel y con la casa de Judá, no como el convenio que hice con sus padres el día en que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi convenio, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Mas éste es el convenio que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en su mente y la escribiré en sus corazones; y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová, porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la iniquidad de ellos y no me acordaré más de su pecado.
8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo convenio;
6 el que asimismo nos hizo siervos capaces de un nuevo convenio, no de la letra, sino del espíritu, porque la letra mata, pero el espíritu vivifica.
Esto es maravilloso; y cuando se efectúa es más que simplemente estar aferrados a la barra de hierro es poder hacer todas las cosas en Cristo. En efecto es llegar hasta el árbol y participar de la dulzura del amor de Dios que nos impele a adorarle cantando la canción del amor que redime. Solo entonces es que saboreamos el gozo de nuestra redención como nuestros primeros padres, a saber Adán y Eva. Y quien no ha experimentado ese potente cambio en el corazón del que hablan los profetas y haber nacido de nuevo como un niño pequeño, auque uno fuere grande o entrado en años; si, al menos que sepamos que ese cambio se ha realizado en nosotros, todavía no sabemos lo que es la felicidad.
Otra vez, esto implica ser hacedor y no solamente oidor de la palabra y seguir los pasos de Cristo en las cosas pasivas y en las no tan pasivas. Uno tiene que arrepentirse y ofrecer un corazón quebrantado y un espíritu contrito hasta que se realice este cambio. Yo deseaba tanto este cambio para poder ser obediente que hasta tuve que pedir pecado prestado y ofrecer mi alma entera por todos los que amo como para poder humillarme lo suficiente para poder saber y obtener estas cosas. Por lo general el cambio es gradual como el amanecer hasta ponerse el sol en su cenit, o de la manera que lo recibieron los laminitas y no lo supieron. Pero a algunos como Alma y como Pablo o como este indigno servidor, pese a que casi nació dentro de la iglesia, esto ocurrió súbitamente no hace mucho tiempo.
Yo no quería esperar hasta llegar a viejo para ser como un niño, sino que desee servir a Dios en mi juventud y hacer mucho bien en esta generación como sumo sacerdote del orden de Aarón. Y unos tres meses después de que fui ordenado a presbítero en el Sacerdocio de Aarón, para este fin, cuando tenia como unos diecisiete años de edad después de haber ofrecido mi primer sacrificio por mis pecados personales, vino un ángel del cielo a bendecirme y me constituyo o me activo bajo la providencia divina la autoridad o la llaves correspondiente de la salvación bajo el consejo y la dirección del mas santo sacerdocio o de Melquisedec que no tiene principio de días ni fin de años para poder así obrar independientemente en esta potestad para la honra y gloria de Dios y el establecimiento de Sión. Y de esto dio Dios y escribió sobre mi José Smith
He aquí, ésta es la preparación con la cual os preparo, y el fundamento y la norma que os doy, mediante los cuales podréis cumplir los mandamientos que os son dados; a fin de que mediante mi providencia, no obstante las tribulaciones que os sobrevengan, la iglesia se sostenga independiente de todas las otras criaturas bajo el mundo celestial; para que ascendáis hasta alcanzar la corona preparada para vosotros, y seáis hechos gobernantes sobre muchos reinos, dice Dios el Señor, el Santo de Sión, el cual ha establecido los cimientos de Adán-ondi-Ahmán; y el que ha nombrado a Miguel por príncipe vuestro, y le ha asentado los pies, y lo ha puesto en alto, y le ha dado las llaves de la salvación bajo el consejo y dirección del Muy Santo, que es sin principio de días ni fin de vida.
(Doctrina y Convenios | Sección 78:13 - 16)
No como para presidir entre los hombres ni entre mis hermanos en la iglesia sino como obrero para barrer con escobon y para lavar inmundicia como un batanero; y para limpiar como la plata y para refinar como el oro. Porque yo soy el mensajero del convenio el que habría de venir a preparar el camino delante del Seno con el evangelio y el sacerdocio de Elías.
Así dijo el Padre a Malaquías: He aquí, enviaré a mi mensajero, y él preparará el camino delante de mí, y repentinamente vendrá a su templo el Señor a quien buscáis, sí, el mensajero del convenio, en quien os deleitáis; he aquí, vendrá, dice el Señor de los Ejércitos.
¿Y quién podrá soportar el día de su venida? y ¿quién podrá estar en pie cuando él aparezca? Porque es como fuego purificador y como jabón de lavadores. Y se sentará como refinador y purificador de plata; y purificará a los hijos de Leví, y los refinará como al oro y a la plata, para que ofrezcan al Señor una ofrenda en rectitud.
Entonces la ofrenda de Judá y de Jerusalén será grata al Señor, como en los días antiguos, y como en años anteriores. Y yo me acercaré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros, y los adúlteros, y contra los que juran en falso, y contra los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y agravian al extranjero, y no me temen, dice el Señor de los Ejércitos. Porque yo soy el Señor, y no cambio; por consiguiente, no sois consumidos, hijos de Jacob.
(Libro de Mormón | 3 Nefi 24:1 - 6)
Y para sentarme como ahora tanto a ofrecer y también a enseñarles a mis hermanos y a mis hermanas ofrecer un sacrificio en justicia o almas u ofrendas aceptables a su Dios para que uno mayor que yo a quien no soy digno de suplantar; o para que Jesucristo descienda de su trono y su morada oculta y los bautice con fuego y con el espíritu Santo y los convierta en nuevas y bondadosas criaturas como esta descrito previamente y a continuación diciendo:
Porque todo sumo sacerdote, tomado de entre los hombres, es constituido a favor de los hombres en lo que atañe a Dios, para presentar ofrendas y sacrificios por los pecados, y puede compadecerse de los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de flaquezas; y por causa de ellas debe, tanto por sí mismo como también por el pueblo, presentar ofrendas por los pecados. Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón.
Porque todo sumo sacerdote es constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer.
Ahora bien si alguien quiere experimentar este potente cambio de corazón que Dios nos ofrece a los que quieren buscar su faz, uno tiene que beber diariamente dosis de santidad del libro de Mormón hasta que lo bueno sobrepuje lo malo. Y entonces vienen las pruebas como esta descrito en la visión de Lehi y Nefi sobre el sueno del árbol de la vida que, fue hasta después que probaron del fruto es que se dieron cuenta de que el mundo los apuntaba con el dedo de escarnio. Y hay de aquellos que les hacen caso y se avergüencen de Cristo por los burladores y los mofadores. Cuando esto sucede uno recibe como un calido abrazo del espíritu Santo que borra todas nuestras trasgresiones y de allí en adelante uno no peca más o ya no permanece en el pecado por mucho tiempo sin ser movido a arrepentirse y a abandonarlos por completo. Y cuando eso sucede uno aborrece con odio eterno toda obra de iniquidad. Y aunque uno ama sobremanera al pecador, uno no puede considerar el pecado con el más mínimo grado de tolerancia.
Es decir, cuando el espíritu Santo desciende para estampar nuestro corazón con el nombre de Cristo; esto es recibir de la plenitud del hijo, lo cual no viene sin revelación y un testimonio de la divinidad de Jesucristo ya que esto nos hace uno con el. Y el nos conoce y nos manifiesta al padre y ambos nos conocen. Y uno es capaz de hacer todas las cosas por la fe que Dios disponga que una haga. Y no hay nada que sea imposible.
Cuando esto me sucedió a mi, yo llegue a pensar ingenuamente que era el ultimo pecador de la iglesia en recibir esta maravillosa bendición y experiencia; y que mis hermanos o los de mi propia casa me recibirían con los brazos abiertos y alegría, ya que me consideraba el peor de los pecadores. Y que me abrirían sus brazos porque había obtenido el milagro de la redención de cristo que era mas dulce que toda las otras cosas que jamás había probado. Pero como Jose Smith justo después de la primera visión, fue todo lo contrario. Muchos de ellos me dijeron que yo estaba loco, otros que yo tenia diablo, y como no cedí a sus ultrajes, ni me retracte de lo que había dicho, porque no podía ser restringido, me echaron del barrio porque intente predicarles el arrepentimiento al ver sus infames iniquidades, pero me fue cerrada la boca y me fue prohibido que les predicara.
Algunos dieron falso o mal reporte sobre mí y se complicaron las cosas al grado que fui a parar a un abismo sin fin casi como José que fue vendido por sus hermanos. Pero en mi caso fue a un aterrador hospital psiquiátrico donde entre sano pero varios días después salí diagnosticado con diversas y severas enfermedades mentales; porque les decía y aun les digo que escucho la voz de Dios entre otros. Pero no Salí de allí sin antes haber sanado por el poder de Dios algunos cuantos de mis hermanos que si estaban desvariando y que salieron primero que yo. Y como mi celo es muy grande porque no hago sino predicar el arrepentimiento como con voz de trompeta en casi todos mis escritos, hasta a la cárcel fui a parar. No solo eso, sino que todos los que me acusaban y algunos que atentaron contra mi vida haciendo me participar en contra de mi voluntad de sustancias mortiferas fueron reemplazados de sus cargos en su debido tiempo. Y se cumplió en mí la escritura que dice:
y siendo de carácter algo serio, por tanto, me visitó el Señor, y probé y conocí la bondad de Jesús. E intenté predicar a este pueblo, pero me fue cerrada la boca, y se me prohibió que les predicara; pues he aquí, se habían rebelado intencionalmente contra su Dios; y los amados discípulos fueron retirados de la tierra, a causa de la iniquidad del pueblo.
(Libro de Mormón | Mormón 1:15 - 16)
Y como un elder oscuro e indocto no era aceptable para los gringos idolatras que por envidia y obstinación no aceptan mas profeta que el profeta de turno, me fui a otra rama de la iglesia hispana pero dentro de la misma estaca. Y aunque se escandalizaron por las cosas que habían acontecido anteriormente me tenían en cercana observación como si fuera un reptil venenoso o un apostata, pero yo aguante el escarnio y me mantuve entre ellos en un perfil bajo cada ves que podía para que no me ultrajaran. Y no me excomulgaron porque no encontraron causa o pecado contra mi ya que les confesé todos mis pecados y les demostré mi sincero arrepentimiento hasta el día de hoy.
Pero de Igual manera cuando el espíritu se enciende, uno tiene que obedecer u abrir la boca y hablar rigor conforme a la ley y el testimonio como lo hago ahora. Y en ocasiones no pocas les hablaba de las glorias y del infierno y del castigo eterno, y de la muerte, y de grandes juicios; y de tempestades, plagas y guerras, recordándoles así continuamente la muerte para mantenerlos calientes o alertas y en el atento servicio y cumplimiento de su deber; o para agitarlos e impedir que se precipitaran a una completa destrucción. Y quien mejor que el profeta Enos en el Libro de Mormón puede explicarlo mejor con las palabras que el mismo escribió diciendo:
Y hubo muchísimos profetas entre nosotros; y la gente era obstinada y dura de entendimiento. Y no había nada, salvo un extremado rigor, predicación y profecías de guerras y contiendas y destrucciones, y recordándoles continuamente la muerte, y la duración de la eternidad, y los juicios y poder de Dios, y todas estas cosas, agitándolos constantemente para mantenerlos en el temor del Señor. Y digo que nada, salvo estas cosas y mucha claridad en el habla, podría evitar que se precipitaran rápidamente a la destrucción. Y de esta manera es como escribo acerca de ellos.
(Libro de Mormón | Enós 1:22 - 23)
Y me sucedieron las mismas cosas por segunda vez aun hasta tener que volver a sellar la ley y el testimonio mi testimonio con mi propia sangre ya que intentaron quitarme la vida por medio de mandamientos inicuos que manaban que tomara cosas mortíferas o no podía estar entre ellos. Salvo que esta ultima vez me salve de ir a parar a la cárcel porque el Señor me previno y me abrió una puerta que nadie puede cerrar. Y no digo estas cosas con objeto jactarme o de acusar a nadie, porque no creo que supieron lo que hicieron conmigo porque hicieron cuanto quisieron afligiendo severamente mi espíritu al grado que luche contra ellos y estuve a punto de destruirlos ya que estoy facultado con el poder y la autoridad de Dios el Padre quien me lleno de su reprensión. Pero me convino mas interponerme en la justicia para que la misericordia pudiera tener efecto ya que los hijos de los hombres se tornan corruptibles desde su infancia y hay que cuidarlos como un padre cuida a sus hijos. Porque escrito esta:
Y apaciguaré mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré y no me enojaré más.
Más bien ahora me maravillo y me glorió en Dios como Pedro cuando fue encarcelado de que he sido digno de sufrir algo de persecución, aflicción y escarnio hasta el día de hoy por causa del testimonio de Jesucristo o de la palabra. Ahora bien para terminar, la pregunta permanece mis amados hermanos:
“Y os pregunto también: ¿Fueron quebrantadas las ligaduras de la muerte, y desatadas las cadenas del infierno que los tenían atados? Os digo que sí; fueron desatadas, y sus almas se ensancharon, y cantaron del amor que redime. Y os digo que son salvos.”
(Libro de Mormón | Alma 5:9)
Y ahora os digo, hermanos míos, si habéis experimentado un cambio en el corazón, y si habéis sentido el deseo de cantar la canción del amor que redime, quisiera preguntaros: ¿Podéis sentir esto ahora? ¿Habéis caminado, conservándoos irreprensibles delante de Dios? Si os tocase morir en este momento, ¿podríais decir, dentro de vosotros, que habéis sido suficientemente humildes? ¿que vuestros vestidos han sido lavados y blanqueados mediante la sangre de Cristo, que vendrá para redimir a su pueblo de sus pecados? He aquí, ¿os halláis despojados del orgullo? Si no, yo os digo que no estáis preparados para comparecer ante Dios. He aquí, debéis disponeros prontamente; porque el reino de los cielos pronto se acerca, y el que no esté preparado no tendrá vida eterna.
He aquí, digo: ¿Hay entre vosotros quien no esté despojado de la envidia? Os digo que éste no está preparado; y quisiera que se preparase pronto, porque la hora está cerca, y no sabe cuándo llegará el momento; porque tal persona no se halla sin culpa. Y además, os digo: ¿Hay entre vosotros quien se burle de su hermano, o que acumule persecuciones sobre él? ¡Ay de tal persona, porque no está preparada; y el tiempo está cerca en que debe arrepentirse, o no puede ser salva!
Sí, ¡ay de todos vosotros, obradores de iniquidad! ¡Arrepentíos, arrepentíos, porque el Señor Dios lo ha dicho! He aquí, él invita a todos los hombres, pues a todos ellos se extienden los brazos de misericordia, y él dice: Arrepentíos, y os recibiré. Sí, dice él: Venid a mí, y participaréis del fruto del árbol de la vida; sí, comeréis y beberéis libremente del pan y de las aguas de la vida; sí, venid a mí y haced obras de rectitud, y no seréis talados y arrojados al fuego.
Porque he aquí, el tiempo está cerca en que todo aquel que no diere buen fruto, o sea, el que no hiciere las obras de rectitud, tendrá razón para gritar y lamentarse.
¡Oh obradores de iniquidad, vosotros que os habéis engreído con las vanidades del mundo, vosotros que habéis declarado conocer las sendas de la rectitud, y, sin embargo, os habéis descarriado como ovejas sin pastor, no obstante que un pastor os ha llamado, y os está llamando aún, pero vosotros no queréis escuchar su voz! He aquí, os digo que el buen pastor os llama; sí, y os llama en su propio nombre, el cual es el nombre de Cristo; y si no queréis dar oídos a la voz del buen pastor, al nombre por el cual sois llamados, he aquí, no sois las ovejas del buen pastor. Y si no sois las ovejas del buen pastor, ¿de qué rebaño sois? He aquí, os digo que el diablo es vuestro pastor, y vosotros sois de su rebaño; y ahora bien, ¿quién puede negarlo? He aquí, os digo que quien niega esto es un embustero e hijo del diablo. Porque os digo que todo lo que es bueno viene de Dios; y todo lo que es malo, del diablo procede.
Por lo tanto, si un hombre hace buenas obras, él escucha la voz del buen pastor y lo sigue; pero el que hace malas obras, éste se convierte en hijo del diablo, porque escucha su voz y lo sigue. Y el que hace esto tendrá que recibir de él su salario; por consiguiente, recibe como su salario la muerte, en cuanto a las cosas que pertenecen a la rectitud, ya que está muerto a toda buena obra.
Y ahora bien, hermanos míos, quisiera que me escuchaseis, porque hablo con la fuerza de mi alma; porque, he aquí, os he hablado claramente de modo que no podéis errar, o sea, he hablado según los mandamientos de Dios. Porque soy llamado para hablar de este modo, según el santo orden de Dios que está en Cristo Jesús; sí, se me manda que me levante y testifique a este pueblo las cosas que han hablado nuestros padres concernientes a lo que está por venir.
Y esto no es todo. ¿No suponéis que sé de estas cosas yo mismo? He aquí, os testifico que yo sé que estas cosas de que he hablado son verdaderas. Y ¿cómo suponéis que yo sé de su certeza? He aquí, os digo que el Santo Espíritu de Dios me las hace saber. He aquí, he ayunado y orado muchos días para poder saber estas cosas por mí mismo. Y ahora sé por mí mismo que son verdaderas; porque el Señor Dios me las ha manifestado por su Santo Espíritu; y éste es el espíritu de revelación que está en mí.
Y además, os digo que así se me ha revelado, que las palabras que nuestros padres han hablado son verdaderas, aun de conformidad con el espíritu de profecía que en mí se halla, el cual también es por la manifestación del Espíritu de Dios. Os digo yo que sé por mí mismo, que cuanto os diga concerniente a lo que ha de venir es verdad; y os digo que sé que Jesucristo vendrá; sí, el Hijo, el Unigénito del Padre, lleno de gracia, de misericordia y de verdad. Y he aquí, él es el que viene a quitar los pecados del mundo, sí, los pecados de todo hombre que crea firmemente en su nombre.
Y ahora os digo que éste es el orden según el cual soy llamado, sí, para predicar a mis amados hermanos, sí, y a todo el que mora sobre la tierra; sí, a predicar a todos, ora ancianos o jóvenes, ora esclavos o libres; sí, os digo, a los de edad avanzada y también a los de edad mediana y a la nueva generación; sí, para declararles que deben arrepentirse y nacer de nuevo.
Sí, el Espíritu así dice: Arrepentíos todos vosotros, extremos de la tierra, porque el reino de los cielos está cerca; sí, el Hijo de Dios viene en su gloria, en su fuerza, majestad, poder y dominio. Sí, amados hermanos míos, os digo que el Espíritu dice: He aquí la gloria del Rey de toda la tierra; y también el Rey del cielo brillará muy pronto entre todos los hijos de los hombres.
Y me dice también el Espíritu, sí, me clama con voz potente, diciendo: Ve y di a los de este pueblo: Arrepentíos, porque a menos que os arrepintáis, de ningún modo podréis heredar el reino de los cielos. Y además, os digo que el Espíritu declara: He aquí, el hacha está puesta a la raíz del árbol; por lo tanto, todo árbol que no produzca buen fruto, será talado y echado al fuego; sí, un fuego que no puede ser consumido, un fuego inextinguible. He aquí, y tened presente, el Santo lo ha dicho.
Y ahora os digo, amados hermanos míos: ¿Podéis resistir estas palabras? Sí, ¿podéis desechar estas cosas y hollar con los pies al Santo de Israel? Sí, ¿podéis inflaros con el orgullo de vuestros corazones? Sí, ¿persistiréis aún en usar ropas costosas y en poner vuestros corazones en las vanidades del mundo, en vuestras riquezas? Sí, ¿persistiréis en suponer que unos sois mejores que otros? Sí, ¿persistiréis en perseguir a vuestros hermanos que se humillan y caminan según el santo orden de Dios, en virtud de lo cual han entrado en esta iglesia —habiendo sido santificados por el Santo Espíritu— y hacen obras dignas de arrepentimiento? Sí, ¿persistiréis en volver vuestras espaldas al pobre y al necesitado, y en negarles vuestros bienes?
Y por último, a todos vosotros que queréis persistir en vuestra iniquidad, os digo que éstos son los que serán talados y arrojados al fuego, a menos que se arrepientan prontamente.
Y a todos vosotros que deseáis seguir la voz del buen pastor, ahora os digo: Salid de entre los inicuos, y conservaos aparte, y no toquéis sus cosas inmundas; pues he aquí, sus nombres serán borrados, a fin de que los nombres de los inicuos no sean contados entre los nombres de los justos, para que se cumpla la palabra de Dios, que dice: Los nombres de los inicuos no serán mezclados con los nombres de los de mi pueblo; porque los nombres de los justos serán escritos en el libro de la vida, y a ellos les concederé una herencia a mi diestra.
Y ahora bien, hermanos míos, ¿qué tenéis que decir en contra de esto? Os digo que si habláis en contra de ello, nada importa; porque la palabra de Dios debe cumplirse. Pues, ¿qué pastor hay entre vosotros que, teniendo muchas ovejas, no las vigila para que no entren los lobos y devoren su rebaño? Y he aquí, si un lobo entra en medio de su rebaño, ¿no lo echa fuera? Sí, y por último, si puede destruirlo, lo hará.
Y ahora os digo que el buen pastor os llama; y si escucháis su voz, os conducirá a su redil y seréis sus ovejas; y él os manda que no dejéis entrar ningún lobo rapaz entre vosotros, para que no seáis destruidos. Y ahora bien, yo, Alma, os mando, con las palabras de aquel que me ha mandado a mí, que os esforcéis por cumplir con las palabras que os he hablado.
Os hablo por vía de mandamiento a vosotros que pertenecéis a la iglesia; y por vía de invitación os hablo a los que no pertenecéis a ella, diciendo: Venid y bautizaos para arrepentimiento, a fin de que también participéis del fruto del árbol de la vida.
(Libro de Mormón | Alma 5:26 - 62)
Os he expuesto incansablemente por medio del espirita las escrituras como lo haría José Smith o como Cristo si estuviera presente. Porque para este fin he sido enviado; si para convenceros de lo que ya se os había dado como esta escrito, diciendo:
Pero del fruto de tus lomos levantaré a un vidente, y a él daré poder para llevar mi palabra a los de tu descendencia; y no solamente para llevarles mi palabra, dice el Señor, sino para convencerlos de mi palabra que ya se habrá declarado entre ellos.
(Libro de Mormón | 2 Nefi 3:11)
Porque en aquel día hará el Padre, por mi causa, una obra que será una obra grande y maravillosa entre ellos; y habrá entre ellos quienes no lo creerán, aun cuando un hombre se lo declare. Mas he aquí, la vida de mi siervo estará en mi mano; por tanto, no lo dañarán, aunque sea herido por causa de ellos. No obstante, yo lo sanaré, porque les mostraré que mi sabiduría es mayor que la astucia del diablo.
Acontecerá, pues, que los que no crean en mis palabras, que soy Jesucristo, las cuales el Padre hará que él lleve a los gentiles, y le otorgará el poder para que las lleve a los gentiles (se hará aun como dijo Moisés), serán desarraigados de entre los de mi pueblo que son del convenio. Y los de mi pueblo, que son un resto de Jacob, estarán en medio de los gentiles, sí, en medio de ellos como león entre los animales del bosque, y como cachorro de león entre las manadas de ovejas, el cual, si pasa por en medio, huella y despedaza, y nadie las puede librar.
(Libro de Mormón | 3 Nefi 21:9 - 12)
Estas palabras las dejo como un testimonio del poder de Dios en acción para la salvación de todos los que quieran escuchar y ponerlas en práctica si es que quieren obtener la vida eterna y no ser desarraigados. No tengo autoridad moral para declarar estas cosas porque todos nos hemos extraviado y nos hemos quedado cortos de la gloria de Dios con la acepción su hijo Jesucristo. Porque el es el único porque escrito esta que solo el Señor será exaltado en aquel día y ninguna carne so gloriara antes que El.
Pero en base al evangelio eterno y al arrepentimiento si os puedo declarar estas cosas valentía moral e intelecto moral como uno que tiene autoridad, la que he obtenido tal como un fuego por medio del Espíritu de Dios para el beneficio eterno de vuestras almas o para vuestra condenación si no deseas escuchar la voz del buen pastor que hoy os esta llamando. Si, que os esta llamando con el brazo fuerte del Señor. ¿Porque a quien ha creído nuestro reporte; y a quien se le ha manifestado el brazo fuerte del Señor?
El brazo fuerte del Señor nos manda a sacudiros el polvo, a que os vistáis con vuestras ropas hermosas, a salir de babilonia y no tocar el don malo ni la cosa inmunda para que podáis conocer a Dios, adorarle y servirle y darle loor y gloria. Y lo que Dios le dice a uno se lo dice a todos incluyéndome a mí. Por tanto, Santo, Santo, Santo es nuestro Dios; y hosanna, hosanna y gloria sean al más alto Dios y a su hijo Jesucristo. Y que sea alabado su nombre por todas sus creaciones en presencia de todos los Ángeles. Y que los reyes del cielo que rodean su trono le dejen caer sus coronas a los pies en reverencia por la grandeza de su poder y por su santidad. Y esto lo hago con suma humildad y afán con la única mira de Glorificar a Dios en el nombre del Señor Jesucristo. Amen.
Atentamente
Un indigno Siervo en las manos de Cristo
Miguel Ángel Tinoco Rodríguez