Muchos correran de aui para alla

Daniel 12:4

Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y el conocimiento aumentará.


“Hay muchos hijos del Señor que andan corriendo de aquí para allá buscando una ancla estable y un canal seguro. Será tu responsabilidad y tu misión alumbrarles el camino a estas personas.” (P.M.B)

Sunday, August 12, 2012

Pues he aquí, el misterio de la divinidad, ¡cuán grande es!

Sión, Miércoles 8 de Agosto del año 2012

EL SACRIFICIO 

Pues he aquí, el misterio de la divinidad, ¡cuán grande es!

(Doctrina y Convenios | Sección 19:10)

Vivimos en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, la que más nos atañe para nuestra vida y salvación que todas las anteriores; y aunque los sacrificios han existido desde el principio, yo creo que este tiempo un buen lugar para empezar a hablar tocante al sacrificio y de ser posible ofrecer un sacrificio aceptable para el Señor.

Este es un discurso preparatorio y quisiera comenzarlo citando las vivas palabras de un Gran Sumo Sacerdote a semejanza del hijo de Dios que fue llamado y preparado con las llaves de salvación como lo fue Aarón a sacrificar todas las cosas. No me refiero al gran sumo sacerdote Melquisedec de quien hay mucho que decir, ni a Moisés o a su hermano Aarón cuyos sacrificios, padecimientos y sufrimientos por su Dios y por su pueblo para que alcanzaran el cielo no restan o son de menos importancia. Sino que me refiero a José Smith EL Profeta, vidente y revelador de la restauración. José Smith nos dijo algo muy importante referente al sacrificio y cuyas palabras encierran un conocimiento tan profundo y perplejo como eterno en el cual se manifiesta el misterio de la divinidad de Jesucristo.  Por favor presten atención a mis palabras porque no viene de mí sino de Dios por medio de su poder.

OIDME cielos y escuchadme o tierra. Yo Miguel, les prometo solemnemente a todos ustedes que están al alcance de mi voz este día una bendición en el nombre de Jesucristo de que quienes presten atención, entiendan y observen estas palabras que nos dice José Smith a continuación referentes al sacrificio obtendrán un testimonio de la divinidad de nuestro Señor y salvador Jesucristo, quien nos ha restaurado en estos últimos días por medio de su profeta el evangelio eterno que es el poder de Dios para salvación.

El profeta José Smith enseñó que:

“una religión que no requiera el sacrificio de todas las cosas jamás tendrá el poder suficiente para producir la fe necesaria para vida y salvación”

Por lo que hemos escuchado de José Smith podemos discernir que los sacrificios son una reliquia o parte de algo sagrado y fundamental como lo es la religión en nuestras vidas, así como un testimonio viviente de la verdad de nuestra iglesia; a saber Jesucristo, a quien ha sido dado todo poder por el Padre. Y que el o los sacrificios son el medio y don que Dios a dispuesto desde antes de la fundación del mundo, para nuestra preparación para producir la fe necesaria para vida y salvación.

En otras palabras el Sacrificio en su definición más simple es un don de Dios; y/o en todas sus formas o en su plenitud constituyen las llaves de la salvación. Y benditos son aquellos sumos sacerdotes como José Smith que poseen, han poseído y poseerán estas llaves de salvación.  He aquí el testimonio de Jesucristo de que lo que digo es verdadero conforme a su ley de sacrificios y por su palabra:

De cierto, si algún hombre fuere llamado por mi Padre, como lo fue Aarón, por mi propia voz y por la voz del que me envió, y yo lo haya investido con las llaves del poder de este sacerdocio, si hiciere algo en mi nombre, conforme a mi ley y por mi palabra, no cometerá pecado, y yo lo justificaré. Por tanto, nadie censure a mi siervo José, pues yo lo justificaré; porque él hará el sacrificio que yo requiera de sus manos por sus transgresiones, dice el Señor tu Dios.

(Doctrina y Convenios | Sección 132:59 - 60)

Porque quien tiene o ha tenido estas llaves esta preparado y conoce personalmente a Jesucristo y tiene un testimonio no solo de su nombre sino de su divinidad. Y tal persona o personas -bajo la dirección y el consejo del muy SANTO, es decir, del Santo Sacerdocio,  que no tiene padre ni madre ni principio de días o fin de vida; tiene el poder de Dios para hacer lo que los hombres no pueden hacer por si mismos.  Y esto significa tomar la honra sobre si de ofrecer sacrificios aceptables o lo suficientemente potentes como para abrir lo cielos y producir en nosotros la fe que necesitamos y que nos dota del conocimiento necesario para vida y salvación ya sea en esta vida o en la venidera.

Hay una escritura que habla sobre las llaves de la salvación y a quien han sido otorgadas perpetuamente por sobre todos los hombres desde el principio y quien fue el primero a quien se le mando a ofrecer sacrificios mediante los cuales pese a los obstáculos y tribulaciones; y  mediante la providencia divina se nos habilita, se nos prepara o se capacita para poder cumplir los mandamientos que nos son dados. Y esto se encuentra en Doctrinas Y Convenios 78:13-16

He aquí, ésta es la preparación con la cual os preparo, y el fundamento y la norma que os doy, mediante los cuales podréis cumplir los mandamientos que os son dados; a fin de que mediante mi providencia, no obstante las tribulaciones que os sobrevengan, la iglesia se sostenga independiente de todas las otras criaturas bajo el mundo celestial; para que ascendáis hasta alcanzar la corona preparada para vosotros, y seáis hechos gobernantes sobre muchos reinos, dice Dios el Señor, el Santo de Sión, el cual ha establecido los cimientos de Adán-ondi-Ahmán; y el que ha nombrado a Miguel por príncipe vuestro, y le ha asentado los pies, y lo ha puesto en alto, y le ha dado las llaves de la salvación bajo el consejo y dirección del Muy Santo, que es sin principio de días ni fin de vida.

(Doctrina y Convenios | Sección 78:13 - 16)

EL sacrificio es el elemento central del evangelio eterno de Jesucristo y del plan de Salvación. Porque sin el sacrificio expiatorio de nuestro Señor y redentor, pese a la obediencia, una vez en su estado caído perdido el hombre no podría ser salvo. Sacrificar es ofrecer algo de valor o precioso muy a menudo con la intención de lograr un propósito o meta mayor.  Y por lo tanto, el sacrificio siempre ha sido parte esencial del evangelio de Jesucristo, en su iglesia y reino establecido desde el principio. En efecto, el plan de salvación se centra en base a un grande y postrer  sacrificio que fue le sacrificio expiatorio del hijo de Dios; o de Nuestro Señor Jesucristo a quien ha sido dado todo poder por causa de su gran sacrificio que redime, sujeta y vivifica todas las cosas habidas y por haber, exceptuando solo a Elohim o al Padre que sujeto a el todas las cosas. Porque nadie viene al padre sino es por el hijo, y nadie viene al hijo sino es por el espíritu Santo o por su palabra

La iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días se caracteriza y sobresale entre todas las demás iglesias sobre la faz de toda la tierra por ser una Iglesia de Orden, de Obediencia o Fidelidad y de Sacrificio entre otras virtudes y cualidades peculiares. No hay miembro o sacerdote en esta iglesia en cualquier lugar de ella al cual no se le quiera algún tipo de sacrificio de menor o mayor grado a semejanza del sacrificio del hijo de Dios. 

Y EL Señor ha nombrado Sumos Sacerdotes para hacer aquello que algunos no pueden hacer por si mismos. Por eso hay  entre nosotros obispos y sumos sacerdotes que son llamados y apartados como lo fue Aarón, sumos sacerdotes tanto en el orden de Aarón según la descendencia como del el orden de Melquisedec según el Juramento del sacerdocio; y quienes que son comisionados por Miguel específicamente para ofrecer sacrificios o para ser sacrificados. Y que quienes bajo la dirección y mandamiento expreso del Padre tienen el poder y la honra en el nombre de Jesucristo, el hijo unigénito del Padre, para  poner su vida y para  volverla a tomar a semejanza del hijo de Dios. Yo se de algunos de ellos a quien el padre Ondi Ahman ama y que no hace mucho fueron llamados y apartados al sumo sacerdocio; y cuya sangre fue derramada y/o será  derramada como sacrificio por voluntad propia o por voluntad de Dios según el orden del santo sacerdocio para resolver transgresiones o para sellar la ley y el testimonio que son cosas no se podrían resolver de ninguna otra manera.  Y quienes en el propio y debido tiempo del Señor, siendo uno con el y con el padre  podrán decir como el hijo de Dios dijo. Por esto me ama el padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tomar. Este es un gran misterio que no me es permitido revelar pero del cual el Salvador hablo cuando dijo:

·                     Juan 10:17

Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.
Uno sacrifica o se sacrifican por uno con el propósito primordial para hacer reparación o restitución en base a la desobediencia a los mandamientos de Dios o a una ley quebrantada. Además de eso, uno sacrifica o se sacrifican por uno como ofrendas de paz cuando traspasamos lo señalado. También, uno sacrifica o se sacrifican por uno para validar o consumar un convenio como sellar la ley y el testimonio como lo hicieron José Smith y su hermano Hyrum. Y por último uno sacrifica o se sacrifican por uno como agradecimiento solemne por una bendición recibida. Así que casi todos, sacerdotes o miembros podemos y tenemos algo que dar o que sacrificar. Por eso los profetas de la antigüedad hablaban mucho sobre altares, sacrificios, ofrendas de paz y de holocaustos. Todos estos son diferentes clases de sacrificio que sirven un propósito u otro para la honra y gloria de Dios. Y como dice el himno, por sacrificios se dan bendiciones. Y la mayor de todas ellas es la redención y la resurrección por medio del sacrificio expiatorio del hijo de Dios que nos proporciona la fe para la salvación y la vida eterna.

Y por eso, a semejanza del unigénito del padre,  sacerdotes o miembros o de la iglesia o cuerpo de Cristo, nos es requerido sacrificar y algunos hasta son crucificados con o sin dolor y sin derramar toda su sangre. Pero todos en diferentes grados sacrificamos afanosamente y de buena voluntad lo mejor de nuestro tiempo, lo mejor de nuestros talentos y lo mejor de todas las cosas con las cual Dios nos bendice según nuestra disposición y capacidad, incluyendo nuestras propias vidas si fuere necesario, para la edificación del reino de Dios sobre la tierra y para el establecimiento de Sión. A esto se le conoce llegar a ser hijos de Dios.

LAS LEYES Y BENDICIONES DE DIOS

Hay una ley, irrevocablemente decretada en el cielo antes de la fundación de este mundo, sobre la cual todas las bendiciones se basan; y cuando recibimos una bendición de Dios, es porque se obedece aquella ley sobre la cual se basa.

(Doctrina y Convenios | Sección 130:20 - 21)

Todas las cosas que son, que han sido y que han de ser tanto temporales o eternas son gobernadas por leyes.  Las leyes son el poder que rige los elementos del universo y las bases o fundamentos de la vida, la libertad y de la felicidad. Y todas las leyes de Dios están basadas en principios morales y eternos. Por lo tanto, nos gusten o no todas las leyes de Dios son buenas, justas y verdaderas. Y como tal existe un castigo predispuesto en proporción a la desobediencia a esas leyes  ya fueren temporales, espirituales o eternas. De no ser así. O de no haber leyes ni castigo en su justa proporción, nadie tendría miedo de pecar y sufrir temporal o eternamente por las consecuencias del pecado. He de allí el proverbio que en la Santa Biblia que nos dice:

Donde no hay visión la gente perece, pero el que cumple la ley feliz es. 

Proverbios 29:18

Así que para poder ver más allá del polvo y de nuestro día necesitamos poder. Y ese poder viene por medio del sacrificio del hijo de Dios. Y el sacrifico que nosotros hacemos en su nombre trae la FE para salvación; y la salvación trae el testimonio de la divinidad de Jesucristo,  y quien recibe el testimonio de Jesucristo, tiene el espíritu de profecía y de revelación, y quien tiene estas cosas puede ver mas allá de lo que ve el ojo natural  y comprende todas las cosas que les son convenientes a Dios que el comprenda. Y esto lo hace que se ciña los lomos en completa y total obediencia a todo lo que Dios le mandare pese a los peligros, tentaciones, tribulaciones, padecimientos y decadencias que se nos presenten, con lo cual Dios proporciona un escape y nos bendice con eterna felicidad. Y esto es lo que nos inculca el proverbio. Repito:

Donde no hay visión la gente perece, pero el que cumple la ley feliz es. 

Proverbios 29:18

La casa de Dios es una casa de orden y no de confusión y Dios la gobierna, así como todas sus creaciones en los cielos y en la tierra  con toda sabiduría y prudencia por medio de mandamientos, leyes, juicios y estatutos. Nosotros como miembros de la iglesia de Jesucristo conocemos, porque nos han sido dadas algunas de esos mandamientos, leyes, juicios y estatutos para vivir y para poder salvarnos y así regresar a vivir a nuestra morada celestial en la presencia de Dios.

Entre esas leyes que nos han sido dadas esta la ley de la obediencia la cual es la primera ley del cielo y que comprende todas las cosas que Dios nos mandare tales como los Diez grandes mandamientos entre otros.  Luego de esta tenemos la ley de Sacrificio, de la cual estamos hablando, después le sigue la ley santa del evangelio que comprende vivir de una manera santa, pura, virtuosa y ejemplar como la de Cristo; y la que incluye por convenio y salutación la ley de castidad y la ley de salud que son la palabra de sabiduría y los estatutos como lo son, la oración, el ayuno, la las reuniones sacramentales, las asambleas solemnes, las conferencias generales, los concilios eclesiásticos y familiares, la orientación familiar, la noche de hogar entre otros exquisitos festejos.  Además de esas leyes, tenemos la ley que se le conoce como la ley del cielo que es la ley de consagración como se encuentra en el Libro de Doctrinas Y convenios que en conjunto con las otras leyes, mandamientos, juicios y estatutos preparatorios de los que hemos hablado y que comprende en menor grado la ley de diezmos, tiempo, talentos, etc.  Todas estas cosas nos preparan colectiva e individualmente para vivir en la presencia de Dios o en su morada eterna que es Sión con los puros de corazón. Y esto a su vez por la justificación en base al sacrificio de Jesucristo y los sacrificios que el requiera de nosotros, nos impide de ser destruidos o quemados por el fulgente brillo y gloria de su presencia.


CUAN GRANDE ES EL MISTERIO DE LA DIVINIDAD.

He aquí cuan grande y maravilloso es el misterio de la divinidad. El conocimiento en cuanto al misterio de la divinidad se centra en base al sacrificio dentro del evangelio el cual es el poder de Dios para salvación. Y como Dios es un ser Eterno, sus leyes y mandamientos nunca fueron temporales sino espirituales o eternos. Por consiguiente, el castigo que proviene de EL por la desobediencia es un castigo eterno. Porque escrito esta que la paga del pecado es la muerte. Y es por esto que Dios nos manda a todos los que somos capaces de pecar a arrepentirnos para que no padezcamos como el padeció. Y esto es lo que el les dice particularmente a aquellos que son llamados o escogidos para hacer sacrificios como lo fueron sus apóstoles lo cual esta vedado para los pequeños o que no han llegado a ser hombres de Dios.  No obstante, todos los que son capaces de pecar deben arrepentirse. Y esto es lo que Jesucristo nos dice:



YO soy el Alfa y la Omega, Cristo el Señor; sí, soy él, el principio y el fin, el Redentor del mundo. Habiendo ejecutado y cumplido la voluntad de aquel de quien soy, a saber, el Padre, tocante a mí —habiéndolo hecho para sujetar a mí todas las cosas—  reteniendo todo poder, aun el de destruir a Satanás y sus obras al fin del mundo, y el último gran día del juicio que pronunciaré sobre los habitantes del mundo, juzgando a cada hombre de acuerdo con sus obras y las cosas que haya hecho. Y en verdad, todo hombre tiene que arrepentirse o padecer, porque yo, Dios, soy sin fin. Por tanto, no abrogaré los juicios que pronuncie, sino que sobrevendrán los lamentos, lloros, gemidos y crujir de dientes, sí, a los que se hallaren a mi izquierda. Sin embargo, no está escrito que no tendrá fin este tormento, sino que está escrito tormento sin fin. Además, está escrito condenación eterna; de modo que es más explícito que otras Escrituras, a fin de que obre en el corazón de los hijos de los hombres, enteramente para la gloria de mi nombre.

Os explicaré, por tanto, este misterio, porque os conviene saber, así como a mis apóstoles. Os hablo a vosotros que sois escogidos en esto, como si fueseis uno, para que entréis en mi reposo. Pues he aquí, el misterio de la divinidad, ¡cuán grande es! Porque, he aquí, yo soy sin fin, y el castigo que por mi mano se da es castigo sin fin, porque Sin Fin es mi nombre. De ahí que: Castigo eterno es castigo de Dios. Castigo sin fin es castigo de Dios. Por lo que, te mando que te arrepientas y guardes los mandamientos que en mi nombre has recibido de las manos de mi siervo José Smith, hijo; y es por mi omnipotencia que los has recibido; así que, te mando que te arrepientas; arrepiéntete, no sea que te hiera con la vara de mi boca, y con mi enojo, y con mi ira, y sean tus padecimientos dolorosos; cuán dolorosos no lo sabes; cuán intensos no lo sabes; sí, cuán difíciles de aguantar no lo sabes.

Porque he aquí, yo, Dios, he padecido estas cosas por todos, para que no padezcan, si se arrepienten; mas si no se arrepienten, tendrán que padecer así como yo; padecimiento que hizo que yo, Dios, el mayor de todos, temblara a causa del dolor y sangrara por cada poro y padeciera, tanto en el cuerpo como en el espíritu, y deseara no tener que beber la amarga copa y desmayar. Sin embargo, gloria sea al Padre, bebí, y acabé mis preparativos para con los hijos de los hombres. Por lo que otra vez te mando que te arrepientas, no sea que te humille con mi omnipotencia; y que confieses tus pecados para que no sufras estos castigos de que he hablado, los cuales en muy pequeño grado, sí, en grado mínimo probaste en la ocasión en que retiré mi Espíritu.

(Doctrina y Convenios | Sección 19:1 - 20)

Por lo tanto para que no caigamos bajo la divina y exquisita justicia de Dios en base a sus leyes, el ha proveído un medio de corrección por el cual se efectúa la salvación y al que se le conoce como el principio del arrepentimiento y el sacrificio.  Desde los días de Adán hasta Moisés y de Moisés a Jesucristo, se le requería a la iglesia o pueblo de Dios ofrecer las primicias de sus rebaños y de los frutos de la tierra a Dios para la edificación de su reino y para el establecimiento de Sión y mas particularmente para recordarle al hombre el gran y postrer sacrificio del hijo de Dios. La Expiación y muerte de Jesucristo puso fin a los sacrificios de sangre. Y en su lugar EL Señor no abrogó los sacrificios sino que estableció en su lugar que le ofreciéramos  como sacrificio un verdadero arrepentimiento o un corazón quebrantado y un espíritu contrito como ofrenda aceptable pare EL. Porque esto dijo Jesucristo cuando vino a visitar a nuestros padres aquí en la tierra de Sión después de su muerte, resurrección y ascensión:



Y vosotros ya no me ofreceréis más el derramamiento de sangre; sí, vuestros sacrificios y vuestros holocaustos cesarán, porque no aceptaré ninguno de vuestros sacrificios ni vuestros holocaustos. Y me ofreceréis como sacrificio un corazón quebrantado y un espíritu contrito. Y al que venga a mí con un corazón quebrantado y un espíritu contrito, lo bautizaré con fuego y con el Espíritu Santo, así como los Lamanitas fueron bautizados con fuego y con el Espíritu Santo al tiempo de su conversión, por motivo de su fe en mí, y no lo supieron.


(Libro de Mormón | 3 Nefi 9:19 - 20)



 
AGRADECIMIENTO A DIOS POR LA LEY DE SACRIFICIO

Yo Miguel agradezco a mi Dios por la ley de sacrificio y en especial por el sacrificio expiatorio de Cristo que hizo lo que yo no podía hacer por mi mismo. Pero existen dos cosas mejore que el sacrificio o que existieron primordialmente que son la obediencia y el poner atención o vivir a toda palabra que sale de la boca de Dios. Porque de esto escrito esta:

Y Samuel dijo: ¿Acaso se complace Jehová tanto en los holocaustos y en los sacrificios como en la obediencia a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros

1 Samuel, 15:22

Algunos de nosotros, sino todos, sabemos que la primera ley del cielo es la obediencia. Pero aun cuando obedecemos a Dios en todas las cosas se nos requiere sacrificar porque es en el horno de la aflicción donde somos escogidos ya que Dios no se complace en nade que viene del hombre natural.  Cuando el salvador predicaba su evangelio vino el un Joven que acercándose a el le dijo, Maestro bueno ¿que bien haré para alcanzar la vida eterna? Y Jesús le respondió:

¿Por qué me llamas bueno? Ninguno es bueno sino uno, a saber,  Dios; y si quieres entrar en la vida, guarda los  mandamientos. Y el Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás; no cometerás adulterio; no hurtarás; no dirás  falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre; y,  amarás a tu  prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Le dijo Jesús: Si quieres ser  perfecto, anda, vende lo que tienes y  da a los  pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Y al oír el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
Mateo 19:17-21

LAS escrituras nos dice vivimos para obedecer, para adorar y para ser probados en todas las cosas que Dios nos mandare. Según el registro de nuestro padre Abrahán en la perla de gran precio, en el principio, antes de la fundación del mundo, uno a semejante de Dios en los concilios celestiales dijo a los que se hallaban con el:



Y estaba entre ellos uno que era semejante a Dios, y dijo a los que se hallaban con él: Descenderemos, pues hay espacio allá, y tomaremos de estos materiales y haremos una tierra sobre la cual éstos puedan morar; y con esto los probaremos, para ver si harán todas las cosas que el Señor su Dios les mandare;

(Perla de Gran Precio | Abraham 3:24 - 25)

Y por la desobediencia y/o la caída del hombre, en el principio o antes de la fundación del mundo se estipulo la segunda ley del cielo que es el sacrificio.  Porque cuando no hacemos lo que Dios nos manda vienen los sacrificios que son los hechos o acciones que nos salvan de las demandas de la divina justicia. Así que quien no obedece o tiene dificultades para obedecer lo que Dios nos manda, si quiere ser salvo es menester que tenga un corazón y una mente bien dispuesta para someterse a la corrección de Dios y haga los sacrificios que el requiera de su manos; o que alguien haga lo que uno no puede hacer por si mismo; o que se sacrifique por nosotros aceptablemente para satisfacer las demandas ante la justicia de Dios. Y para esto, mientras haya tiempo y arrepentimiento, Dios instituyo en su reino el oficio de Sumo Sacerdote según el orden de su hijo, tanto en el orden de Aarón como en el de Melquisedec.  Porque escrito esta:

·                     Hebreos 5:1

 

Porque todo sumo sacerdote, tomado de entre los hombres, es constituido a favor de los hombres en lo que atañe a Dios, para presentar ofrendas y sacrificios por los pecados,

 

Y para este propósito o para restaurarnos a un estado de inocencia o obediencia o justificación, Dios nos instituyo sumo sacerdotes llamados de Dios como lo fue Aarón para ofrecer sacrificios y holocaustos a semejanza del sacrificio del hijo de Dios, por las trasgresiones de ellos mismos como las transgresiones de la congregación. Esto es el deber primordial del obispo presidente, siendo  Jesucristo, el hijo de Dios, el gran obispo de nuestras almas de cuya tribu nada se hablo tocante al sacerdocio y quien es el mediador por juramento de un mejor convenio que ni siquiera necesitaba ser sacerdote, ni se glorió de serlo pues no fue el quien sacrifico sino que se ofreció así mismo como sacrificio. Y de esto escrito esta:

·                     Hebreos 8:3

 

Porque todo sumo sacerdote es constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer.

Porque para esto fuisteis llamados, pues también Cristo  padeció por nosotros, dejándonos  ejemplo, para que sigáis sus pasos; quien no cometió  pecado, ni fue hallado  engaño en su boca; quien cuando le  maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que se  encomendaba al que juzga justamente. Él mismo  llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia. Por sus  heridas habéis sido sanados. Porque vosotros erais como  ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al  Pastor y  Obispo de vuestras almas.
 Pedro 2:21-25

·                     Hebreos 9:14

 

¿cuánto más la sangre de Cristo, el que mediante el Espíritu eterno se ofreció a mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
Hay muchas cosas que decir tocante a esto y como se efectúan los sacrificios aceptables a semejanza del hijo de Dios para traer así la vida y salvación a muchas almas. Mucho de esto esta registrado o documentado en el Libro de los Hebreos en la Biblia que nos dice las cosas que hicieron Melquisedec, Abraham y Moisés y las que todo Sumo Sacerdote debe procurar aprender.

Porque los sacrificios no comenzaron con Abrahán o Moisés, ni terminaron con Jesucristo porque el no vino a abrogar la ley ni los profetas sino a cumplirlos; sino que los sacrificios han existido y existen desde el principio y existirán para siempre. En efecto, los sacrificios son la segunda ley del cielo; y han existido en la tierra desde el principio o desde la caída del hombre. Y lo único que ha cambiado es su naturaleza en base al nuevo y sempiterno convenio.

Cuando nuestro Padre Adán, fue expulsado del Jardín de Edén por causa de la ciencia de la Saida, Dios le mando que ofreciera sacrificios; y el obedeció aun no sabiendo porque lo hacia. Y de esto escrito esta:

Y Adán y Eva, su esposa, invocaron el nombre del Señor, y oyeron la voz del Señor que les hablaba en dirección del Jardín de Edén, y no lo vieron, porque se encontraban excluidos de su presencia. Y les dio mandamientos de que adorasen al Señor su Dios y ofreciesen las primicias de sus rebaños como ofrenda al Señor. Y Adán fue obediente a los mandamientos del Señor. Y después de muchos días, un ángel del Señor se apareció a Adán y le dijo: ¿Por qué ofreces sacrificios al Señor? Y Adán le contestó: No sé, sino que el Señor me lo mandó. Entonces el ángel le habló, diciendo: Esto es una semejanza del sacrificio del Unigénito del Padre, el cual es lleno de gracia y de verdad. Por consiguiente, harás todo cuanto hicieres en el nombre del Hijo, y te arrepentirás e invocarás a Dios en el nombre del Hijo para siempre jamás.

(Perla de Gran Precio | Moisés 5:4 - 8)

El evangelio eterno y la doctrina de Cristo se centran en el Poder de la redención efectuado por un gran sacrificio infinito de amor puro o no fingido proporcionado por Dios. Porque de tal manera amo Dios al mundo que ha SACRIFICADO o nos a DADO a lo que el más ama, a saber,   a su hijo unigénito y perfecto, para que todo aquel que en El crea no se pierda, más tenga vida eterna.  El que verdaderamente cree en el hijo de Dios y es responsable ante el se arrepiente, y se bautiza y hace todas las cosas que le ha visto hacer incluyendo el sacrificio.

·                     Juan 3:16

 

Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.

·                     Juan 10:15

 

así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.


COMO OFRECER UN SACRIFICO ACEPTABLE ES EL DEBER DE LOS SUMOS SACERDOTES Y SUS HIJOS ASI COMO DE LOS MIEMBROS DE LA IGELSIA DE JESUCRISTO.

·                     TJS Marcos 8:43

Porque de cierto os digo que él vendrá; y el que ponga su vida por causa de y del evangelio vendrá con él, y estará vestido de su gloria en la nube, a la derecha del

·                     Hebreos 4:15

Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

 

Ahora, que es ofrecer un corazón quebrantado y un espíritu contrito? Esto es sacrificio a semejanza del modelo que nos mostró el hijo de Dios. Sabemos que el no fue culpable de ninguna trasgresión, pero sitio o absorbió la culpa, la agonía de todos nuestros pecados y la fuerza de todas nuestras tentaciones cualesquiera que fueren. Y fue tan grande el dolor y angustia de Jesucristo, que hizo que titubeara de angustia y aflicción al grado de pedir al padre que si fuera posible que apartase o quitase la amarga copa de el, pero que no fuera su voluntad sino la voluntad del padre.  Esto es un dolor mayor del que se siente cuando alguien pierde a al ser mas querido o que los dolores de parto o cuado se da luz a un hijo. Esto es mayor al gran dolor que sufrió el salvador en la más cruda y cruel de las muertes que es la crucifixión de un inocente.
Esto es lo que sucede cuando en menor grado cuando verdaderamente nos arrepentimos de nuestros pecados, y los confesamos y los abandonamos. El alma arrepentida o compungida ciertamente gime de dolor como por fuego por dentro y desea desaparecer si fuera posible que el alma muriese. Uno se turba por la inmundicia de los pecados hasta las heces; y siente una zozobra o angustia por haberle fallado a Dios o a un ser querido.
El gritar, o aullar en esa gran zozobra sin fin que algunos hemos experimentado en vida hace temblar al propio infierno. Esto es un dolor que duele en el pecho y que hace que nuestro espíritu se comprima en oración o adoración y suplica por redención hasta sudar helado.  En el caso de Jesucristo, cuyo sufrimiento no admite descripción, el sudo grandes gotas de sangre por cada poro como cuando a alguien se le baja la presión y le fallan los riñones y empieza a sudar sangre helada por la piel o como cuando uno es rosado por un metal incandescente a flor de piel. Por supuesto esto uno no lo puede soportar sin desmayar o al menos que hay sido preparado con el poder de Dios para vencer la muerte mientras dure tal agonía. La angustia es incomprensible o inaguantable para un ser mortal pero no para un ser eterno. Y cuando esto se efectúa con amor y de la manera que Dios ha ordenado, ya sea por nosotros o por alguien mas en un grado menor pero comparable al sacrificio del hijo de Dios, esto hace que broten ríos de agua viva de nuestros ojos. Y de allí en adelante habremos muerto para el pecado pero vivimos en el espíritu según  Dios. Y esto nos hace retroceder y sentir una repugnancia eterna contra el pecado que tan fácilmente nos acedía. Y nos hace exclamar como EL rey David, o Como el Apóstol Pablo a los Romanos o como Nefi a nosotros diciendo:

·                     Romanos 7:24

 

¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?



SALMO DE DAVID
Salmos 51 
Ten  piedad de mí, oh Dios, conforme a tu compasión; conforme a la multitud de tus tiernas misericordias, borra mis transgresiones.   por completo de mi maldad y límpiame de mi pecado.  Porque yo  reconozco mis transgresiones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti sólo he  pecado, y he hecho lo malo ante tus ojos, para que seas reconocido justo en tu palabra y claro en tu juicio.
He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me  concibió mi madre. He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se regocijarán los huesos que has quebrantado. Esconde tu rostro de mis pecados y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón  limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.
No me eches de  delante de ti, y no quites de mí tu santo espíritu. Devuélveme el gozo de tu salvación, y un espíritu generoso me sustente. Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se  convertirán a ti. Líbrame de derramamiento de sangre, oh Dios, Dios de mi salvación, cantará mi lengua tu justicia. Señor, abre mis labios, y proclamará mi boca tu alabanza, porque tú no quieres  sacrificio, que yo sí daría; no te deleitas en holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al  corazón quebrantado y contrito no despreciarás tú, oh Dios. Haz bien con tu benevolencia a Sión; edifica los muros de Jerusalén. Entonces te agradarán los sacrificios de justicia el holocausto u ofrenda del todo quemada; entonces se ofrecerán sobre tu altar becerros.

SALMO DE NEFI

¡Oh, miserable hombre que soy! Sí, mi corazón se entristece a causa de mi carne. Mi alma se aflige a causa de mis iniquidades. Me veo circundado a causa de las tentaciones y pecados que tan fácilmente me asedian. Y cuando deseo regocijarme, mi corazón gime a causa de mis pecados; no obstante, sé en quién he confiado.

Mi Dios ha sido mi apoyo; él me ha guiado por entre mis aflicciones en el desierto; y me ha preservado sobre las aguas del gran mar. Me ha llenado con su amor hasta consumir mi carne. Ha confundido a mis enemigos hasta hacerlos temblar delante de mí.

He aquí, él ha oído mi clamor durante el día, y me ha dado conocimiento en visiones durante la noche. Y de día se ha fortalecido mi confianza en ferviente oración ante él; sí, he elevado mi voz a las alturas; y descendieron ángeles y me ministraron. Y mi cuerpo ha sido conducido en las alas de su Espíritu hasta montañas muy altas; y mis ojos han visto grandes cosas, sí, demasiado grandes para el hombre; por lo tanto, se me mandó que no las escribiera.

Entonces, si he visto tan grandes cosas, si el Señor en su condescendencia para con los hijos de los hombres los ha visitado con tanta misericordia, ¿por qué ha de llorar mi corazón, y permanecer mi alma en el valle del dolor, y mi carne deshacerse, y mi fuerza desfallecer por causa de mis aflicciones? Y ¿por qué he de ceder al pecado a causa de mi carne? Sí, ¿y por qué sucumbiré a las tentaciones, de modo que el maligno tenga lugar en mi corazón para destruir mi paz y contristar mi alma? ¿Por qué me enojo a causa de mi enemigo?

¡Despierta, alma mía! No desfallezcas más en el pecado. ¡Regocíjate, oh corazón mío, y no des más lugar al enemigo de mi alma! No vuelvas a enojarte a causa de mis enemigos. No debilites mi fuerza por motivo de mis aflicciones. ¡Regocíjate, oh mi corazón, y clama al Señor y dile: Oh Señor, te alabaré para siempre! Sí, mi alma se regocijará en ti, mi Dios, y la roca de mi salvación.

¿Redimirás mi alma, oh Señor? ¿Me librarás de las manos de mis enemigos? ¿Harás que yo tiemble al aparecer el pecado? ¡Estén cerradas continuamente delante de mí las puertas del infierno, pues quebrantado está mi corazón y contrito mi espíritu! ¡No cierres, oh Señor, las puertas de tu justicia delante de mí, para que yo ande por la senda del apacible valle, para que me ciña al camino llano! ¡Oh Señor, envuélveme con el manto de tu justicia! ¡Prepara, oh Señor, un camino para que escape delante de mis enemigos! ¡Endereza mi sendero delante de mí! No pongas tropiezo en mi camino, antes bien despeja mis vías ante mí; y no obstruyas mi sendero, sino más bien las vías de mi enemigo. ¡Oh Señor, en ti he puesto mi confianza, y en ti confiaré para siempre! No pondré mi confianza en el brazo de la carne; porque sé que maldito es aquel que confía en el brazo de la carne. Sí, maldito es aquel que pone su confianza en el hombre, o hace de la carne su brazo. Sí, sé que Dios dará liberalmente a quien pida. Sí, mi Dios me dará, si no pido impropiamente. Por lo tanto, elevaré hacia ti mi voz; sí, clamaré a ti, mi Dios, roca de mi rectitud. He aquí, mi voz ascenderá para siempre hacia ti, mi roca y mi Dios eterno. Amén.

(Libro de Mormón | 2 Nefi 4:17 - 35)


 
Por eso se nos manda a arrepentirnos todos los días, para que no sea quitado de entre nosotros el sacrifico diario y así seamos destruidos en un día que no esperemos. Y es menester que nos arrepintamos tan pronto como nos demos cuenta que hemos pecado para que el sumo sacerdote que ha sido llamado y nombrado pueda ofrecer sacrificios aceptables por nosotros en el día que Dios ha dispuesto según las escrituras o como la habéis percibido en base a lo que he hablado. Y esto nos da el poder para producir la fe que necesitamos para vida y salvación.  Porque cuando afligimos nuestras almas voluntariamente por lo menos una vez al año por nuestras transgresiones, el efecto de la expiación empieza a trabajar inmediatamente en nosotros.  Por eso es mejor cuando tomamos la santa cena a Jesucristo crucificado; y sufrir con el ante sus emblemas un poco de dolor, sudar, llorar  o sangrar hasta la muerte aquí en la mortalidad para no suframos esto cuando muramos y mucho mas cuando resucitemos y nunca se acabe el sufrimiento. Y si nos toca morir en vida o para el mundo sufriendo una pequeña medida de estas cosas, no nos preocupemos que solo la escoria del alma se quemara. Porque es en el horno de la aflicción donde somos escogidos ya que solo por el sacrificio podemos discernir si hemos entrado por la puerta y sin nos encontramos el camino estrecho y angosto que nos habilita para convertirnos completamente y así nacer del espíritu y llegar a ser hijos de Dios. Inmediatamente la expiación de Jesucristo comienza a tener efecto en nosotros y el que este muerto como lo estuve yo, vivirá y el que viva nunca morirá.
Porque todos nosotros, salvo Jesucristo fuimos concebidos en pecado, todos los que somos responsables ante Dios hemos pecado y necesitamos arrepentirnos hasta el día perfecto. Y de tales se requieren sacrificios aceptables como el de un corazón quebrantado y un espíritu contrito entre otras cosas como tiempo, salud, dinero, talentos, todas las cosas con las que Dios nos ha bendecido y hasta nuestra propia sangre o vida cuando sea si es que nos es requerida para edificar el reino de Dios sobre la tierra y establecer a Sión. Porque Dios requiere el corazón y una mente bien dispuesta como Isaac cuando no se negó a ser sacrificado por su padre teniendo la fe necesaria en el hijo de Dios para obtener la resurrección.  Quizás ustedes algún día también puedan decir como Jesucristo, por esto me ama le padre, porque pongo mi vida y la vuelvo a tomar. Asi que el sacrificar es hacer lo bueno.
Por tanto, no os canséis de hacer lo bueno, porque estáis poniendo los cimientos de una gran obra. Y de las cosas pequeñas proceden las grandes. He aquí, el Señor requiere el corazón y una mente bien dispuesta; y los de buena voluntad y los obedientes comerán de la abundancia de la tierra de Sión en estos postreros días.

(Doctrina y Convenios | Sección 64:33 - 34)
Y a los que no saben como sentir aflicción por el pecado todavía no se preocupen ni se ofusquen ni se ennegrezcan sus mentes, porque nadie se salva o es destruido en la ignorancia. Pero pidan a Dios un testimonio de Jesucristo y como empezar a sentir pesar por sus pecados o faltas por lo menos una vez al año antes o durante la conferencia al final de Septiembre o al principio de Octubre.  Ya que esto es un estatuto perpetuo que Dios nos mando.
Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión y se quitará las vestimentas de lino que había vestido para entrar en el lugar santo, y las dejará allí. Lavará luego su cuerpo con agua en un lugar santo, y después de ponerse sus vestidos, saldrá y ofrecerá su holocausto y el holocausto del pueblo, y hará expiación por sí mismo y por el pueblo. Deuteronomio 16:23
Y aunque ya no vivimos bajo la ley de Moisés ni ofrecemos sacrificios de sangre, así  como en los días antiguos  aquí en esta iglesia y capilla tenemos sumos sacerdotes que se turnan de vez en cuando y ofrecen sacrificios aceptables por ellos mismos y por ustedes con la intención de santificarlos hasta que les amanezca y puedan ofrecer sacrificios por si mismos. Porque escrito esta:
Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras almas y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que peregrina entre vosotros, porque en este día se hará expiación por vosotros para limpiaros; y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová. Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto perpetuo. Y el  sacerdote que él  unja y  consagre para ser sacerdote en lugar de su padre hará la expiación; y se vestirá con las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas. Y hará expiación por el santuario santo y por el tabernáculo de reunión; también hará expiación por el altar, y por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación. Y esto tendréis como estatuto perpetuo, para hacer expiación los hijos de Israel por todos sus pecados, una vez al año. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó. Deuteronomio 16: 23-34
Porque como dice Pedro a los Hebreos
Porque todo sumo sacerdote, tomado de entre los hombres, es constituido a favor de los hombres en lo que atañe a Dios, para presentar ofrendas y  sacrificios por los pecados, y puede  compadecerse de los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de flaquezas; y por causa de ellas debe, tanto por sí mismo como también por el pueblo, presentar ofrendas por los pecados. Y nadie toma para sí esta  honra, sino el que es  llamado por Dios, como lo fue Aarón.
Los sumos sacerdotes que son llamados y constituidos con la llaves de salvación para oficiar en lugar de su padre para esta honra, además de presidir, si  quieren aprender lo glorioso de su llamamiento y saber como ofrecer sacrificios aceptables a Dios piensen, estudien y practique el salmo de Nefi en el Capitulo cuatro y Mi salmo favorito que es el Salmo 51.

He aquí, ésta es la preparación con la cual os preparo, y el fundamento y la norma que os doy, mediante los cuales podréis cumplir los mandamientos que os son dados; a fin de que mediante mi providencia, no obstante las tribulaciones que os sobrevengan, la iglesia se sostenga independiente de todas las otras criaturas bajo el mundo celestial; que ascendáis hasta alcanzar la corona preparada para vosotros, y seáis hechos gobernantes sobre muchos reinos, dice Dios el Señor, el Santo de Sión, el cual ha establecido los cimientos de Adán-ondi-Ahmán; y el que ha nombrado a Miguel por príncipe vuestro, y le ha asentado los pies, y lo ha puesto en alto, y le ha dado las llaves de la salvación bajo el consejo y dirección del Muy Santo, que es sin principio de días ni fin de vida.

De cierto, de cierto os digo, sois niños pequeños, y todavía no habéis entendido cuán grandes bendiciones el Padre tiene en sus propias manos y ha preparado para vosotros; y no podéis sobrellevar ahora todas las cosas; no obstante, sed de buen ánimo, porque yo os guiaré. De vosotros son el reino y sus bendiciones, y las riquezas de la eternidad son vuestras. Y el que reciba todas las cosas con gratitud será glorificado; y le serán añadidas las cosas de esta tierra, hasta cien tantos, sí, y más. Haced, pues, las cosas que os he mandado, dice vuestro Redentor, el Hijo Ahmán, el cual prepara todas las cosas antes de llevaros; porque sois la iglesia del Primogénito, y él os arrebatará en una nube, y señalará a cada hombre su porción. Y el que es mayordomo fiel y sabio heredará todas las cosas. Amén.

(Doctrina y Convenios | Sección 78:13 - 22)
Yo, Miguel, como Pablo una ves dijo, yo digo también de que no me avergüenzo del evangelio de Cristo porque es poder de Dios para salvación para todos los que creen, primero al Judío y luego al gentil y luego primero al gentil y después al judío testificando solemnemente de la veracidad de estas cosas; y lo hago como uno que tiene autoridad, el sagrado nombre de Jesucristo, amen.
                                   

1 comment:

  1. No penséis que he venido para abrogar la ley ni los profetas. No he venido para abrogar, sino para cumplir; porque en verdad os digo que ni una jota ni una tilde ha pasado de la ley, sino en mí toda se ha cumplido. Y he aquí, os he dado la ley y los mandamientos de mi Padre para que creáis en mí, que os arrepintáis de vuestros pecados y vengáis a mí con un corazón quebrantado y un espíritu contrito. He aquí, tenéis los mandamientos ante vosotros, y la ley se ha cumplido. Por tanto, venid a mí y sed salvos; porque en verdad os digo que a menos que guardéis mis mandamientos, que ahora os he dado, de ningún modo entraréis en el reino de los cielos.

    Habéis oído que ha sido dicho por los de tiempos antiguos, y también lo tenéis escrito ante vosotros: No matarás; y cualquiera que matare estará expuesto al juicio de Dios. Pero yo os digo que quien se enoje con su hermano corre peligro de su juicio. Y cualquiera que diga a su hermano: Raca, quedará expuesto al concilio; y el que le diga: Insensato, estará en peligro del fuego del infierno. Por tanto, si vienes a mí, o deseas venir a mí, y te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, ve luego a tu hermano, y reconcíliate primero con él, y luego ven a mí con íntegro propósito de corazón, y yo te recibiré. Reconcíliate cuanto antes con tu adversario, mientras te encuentres en el camino con él, no sea que en cualquier momento te prenda, y seas echado en la cárcel. En verdad, en verdad te digo que de ningún modo saldrás de allí hasta que hayas pagado el último senine. Y mientras te halles en la prisión, ¿podrás pagar aun siquiera un senine? De cierto, de cierto te digo que no.

    He aquí, fue escrito por los antiguos que no cometerás adulterio; mas yo os digo que quien mire a una mujer para codiciarla ya ha cometido adulterio en su corazón. He aquí, os doy el mandamiento de que no permitáis que ninguna de estas cosas entre en vuestro corazón, porque mejor es que os privéis de estas cosas, tomando así vuestra cruz, que ser arrojados en el infierno.

    Ha sido escrito, que quien repudiare a su esposa, le dé carta de divorcio. En verdad, en verdad os digo que el que repudie a su esposa, salvo por causa de fornicación, hace que ella cometa adulterio; y cualquiera que se case con la divorciada, comete adulterio.

    Y además está escrito: No te perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos; mas en verdad, en verdad os digo: No juréis de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni tampoco jurarás por tu cabeza, porque no puedes hacer negro o blanco un solo cabello; antes bien, sea vuestro hablar: Sí, sí; No, no; porque lo que sea más que esto, es malo. Y he aquí, está escrito: Ojo por ojo y diente por diente; mas yo os digo que no debéis resistir al mal, antes bien al que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Y si alguien te demanda ante la ley, y te quita la túnica, déjale también la capa. Y quien te obligue a ir una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera de ti tomar prestado, no se lo rehúses.

    Y he aquí, está escrito también que amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo; mas he aquí, yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; pues él hace salir su sol sobre los malos y sobre los buenos. Por tanto, estas cosas que existían en la antigüedad, que se hallaban bajo la ley, se han cumplido todas en mí. Las cosas antiguas han pasado, y todas las cosas se han vuelto nuevas.

    Por tanto, quisiera que fueseis perfectos así como yo, o como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

    (Libro de Mormón | 3 Nefi 12:17 - 48)

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