Muchos correran de aui para alla

Daniel 12:4

Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y el conocimiento aumentará.


“Hay muchos hijos del Señor que andan corriendo de aquí para allá buscando una ancla estable y un canal seguro. Será tu responsabilidad y tu misión alumbrarles el camino a estas personas.” (P.M.B)

Wednesday, May 16, 2012

El Señor se levanta para litigar, se pone en pie para juzgar al pueblo.


 Zion, Honduras, Mayo 16 del 2012

El Señor se levanta para litigar, se pone en pie para juzgar al pueblo.

(Libro de Mormón | 2 Nefi 13:13)

He aquí algunas palabras de consuelo y de justicia de parte de un indigno evangelista dirigido a los penitentes de la fe Cristiana, a los que están de luto o en duelo por la perdida de un ser amado bajo manos secretas e impías.

Palabras de Dios que son dirigidas particularmente a todos los que busquen una respuesta divina; y a los que les pueda interesar la voluntad enviada a todos nosotros en este día de luto en Honduras y de iniquidad y venganza en toda América continental e insular, por el aventador que esta en su mano. Y no solo esta palabra es para ellos sino esta palabra es también dirigida los malvados para prepararlos como sacrificio de Jehová para el grande y terrible día de la venganza de Dios que pronto se apresura y viene muy rápido para sancionarlos con gran clamor en dirección de la presa del pescado o la puerta del sur. Un día que no esta muy lejano en la cual se cumplirán como eco desolador las palabras resonantes y silbadoras de Sofonías que fueron decretadas para estos días de iniquidad y de venganza y que nos dicen:

Y sucederá que en el día del sacrificio de Jehová, castigaré a los príncipes, y a los hijos del rey y a todos los que llevan vestido extranjero. Asimismo, castigaré en aquel día a todos los que  saltan sobre el umbral, los que llenan de violencia y de engaño las casas de sus señores. Y acontecerá en aquel día, dice Jehová, que habrá voz de clamor desde la puerta del Pescado, y aullido desde el segundo, y gran quebranto desde los collados.

Aullad, moradores de Mactes, porque todo el pueblo mercader ha sido destruido; talados han sido todos los que traían dinero. Y acontecerá en aquel día que yo escudriñaré a Jerusalén con lámpara, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Jehová no hará bien ni mal. Por tanto, serán saqueados sus bienes y sus casas asoladas; y edificarán casas, mas no las habitarán; y plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas.

Cercano está el día grande de Jehová, cercano y viene muy rápido; amargo será el clamor del día de Jehová; allí gritará el valiente. Será día de ira aquel día, día de angustia y de aflicción, día de destrucción y de desolación, día de tinieblas y de oscuridad, día nublado y tenebroso, día de  trompeta y de alarido contra las ciudades fortificadas y contra las altas torres.

Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos porque pecaron contra Jehová; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol. Ni su plata ni su oro podrán librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción apresurada hará de todos los moradores de la tierra.”

(Sofonías 1:8-18)

En ocasiones como estas, es cosa común entre mortales o seres humanos que nos preguntemos: ¿Porque sufren los inocentes, a saber los niños, las mujeres virtuosas, y los hombres rectos y los mártires de la libertad como el reciente periodista Hondureño de nombre Ángel Alfredo Villatoro Rivera, quien fue recientemente secuestrado y asesinado por manos carnales, sensuales y diabólicas?  Su ejecución, de cierto a rebalsado la copa de la ira y de la indignación de Dios; y a precipitado el advenimiento de un gran juicio sobre toda impiedad que hoy se me ha mandado a ejecutar con fuerza y verbo. Porque no solo ha sido una alma la que ha sido separada de sus familiares por despojo, rapto, violencia y muerte, sino, una veintena y otros tantos mas de inocentes o victimas que la justicia de Dios acapara y cuya sangre clama justicia desde la tierra para que sean vengados.

Y en base a esto; por lo general, en nuestra impía e imperfecta humanidad, celo y sed de justicia, habemos algunos ciudadanos que ignorantemente nos precipitamos a juzgar o a cuestionar sin fundamento valido a Dios, a nuestros líderes gubernamentales y a la fibra moral de una sociedad que somos algunos de los sacerdotes, pastores, evangelistas, maestros seculares, padres de familia y otros.  

No estoy aquí para justificar a nadie porque todos, excepto los niños pequeños,  somos pecadores, Pero recordemos que hasta que no sea encontrada evidencia de lo contrario, Juzgar sin fundamento a cualquier persona es rebelión reprobada por Dios tocante a la fe ya que esto quebranta el mandamiento que dice. No darás falso testimonio; y de esto ya esta escrito en el gran decálogo de la Santa Biblia y otros registros sacrosantos. Pero más que todo, escribo según el mandato de Dios, para que recordemos también lo que Pablo dijo a Timoteo, el evangelista, sobre lo peligroso de estos últimos días en los cuales ya estamos viviendo. Y que muchos de nosotros esperamos y por la fuerza queremos que nuestros gobernantes hagan milagros en naciones o ciudades que han estado añejamente arruinadas en las cuales solo la divina justicia puede intervenir como lo es este día. He aquí la ley y el testimonio:

Cuando el hombre tomare a su hermano, de la familia de su padre, y le dijere: Tú tienes manto, sé tú nuestro gobernante, y no sea esta ruina bajo tu mano, 


Cuando alguno tome a su hermano, de la familia de su padre, y le diga: Tú tienes manto; tú serás nuestro gobernante, y toma en tus manos esta ruina; 


éste jurará en aquel día, diciendo: No seré el sanador, pues en mi casa no hay ni pan ni qué vestir; no me hagáis gobernante del pueblo.

(Libro de Mormón | 2 Nefi 13:7)

“Esto también debes saber: que en los  postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin dominio propio, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los deleites más que de Dios, teniendo  apariencia de piedad, pero negando la eficacia de ella; a éstos evita. Porque de éstos son los que se meten en las casas, y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, llevadas por diversas concupiscencias; que siempre están aprendiendo, pero nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres  corruptos de entendimiento, reprobados acerca de la fe. Pero no llegarán lejos, porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos.” (2 Timoteo 3:1-9)

También, además de lo escrito por la ley y el testimonio de los profetas debemos recordar según lo que esta escrito que hay un número decretado entre los justos que se debe completar antes de que Dios derrame su ira y sus juicios sin medida sobre esta generación perversa y malvada.

Y miré, y vi un caballo amarillo; y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades lo seguía; y les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra. Y cuando él abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que ellos tenían.

Y clamaban en alta voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, oh Señor, santo y verdadero, tardarás en juzgar y vengar nuestra sangre de los que moran en la tierra?”   Y se le dio a cada uno vestiduras blancas; y se les dijo que reposasen un poco más de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y hermanos que también habían de ser muertos como ellos. (Apocalipsis 6:8-11)



Pero para dar algún consuelo al alma compungida y que en verdad tiene sed de justicia quisiera decir que Dios no nos ha desatendidos ni hace caso omiso a estos crímenes para que queden impunes. EL actúa en su tiempo,  a su propia manera y de acuerdo con su propia voluntad. Y nadie es destruido sin que antes se le advierta. Por lo general, Dios no acepta pero sufre o permite que los inocentes sean afligidos para llevárselos hasta los umbrales gloriosos de su reino a descansar de toda enfermedad, dolor, cuidado y peligro; y para que sus justos juicios puedan caer sin medida sobre los inicuos y la sangre de los inocentes sean un reluciente testimonio en contra de los malvados en el ultimo y postrer día. Póquer de esto también escrito esta:


“Y ocurrió que tomaron a Alma y Amulek y los llevaron al lugar del martirio para que presenciaran la destrucción de los que eran consumidos por el fuego. Y cuando Amulek vio los dolores de las mujeres y los niños que se consumían en la hoguera, se condolió también, y dijo a Alma: ¿Cómo podemos presenciar esta horrible escena? Extendamos, pues, nuestras manos y ejerzamos el poder de Dios que está en nosotros, y salvémoslos de las llamas. Mas le dijo Alma: El Espíritu me impide extender la mano; pues he aquí, el Señor los recibe para sí mismo en gloria; y él permite que el pueblo les haga esto, según la dureza de sus corazones, para que los juicios que en su ira envíe sobre ellos sean justos; y la sangre del inocente será un testimonio en su contra, sí, y clamará fuertemente contra ellos en el postrer día.”

(Libro de Mormón | Alma 14:9 - 11)

Y por ultimo recordemos el gran sacrificio expiatorio de Jesucristo que hace posible el perdón de todos nuestros pecados si ejercitamos la fe en el para  arrepentimiento viniendo a el a su reino sobre la tierra para que nos sane por medio de sus ordenanzas sagradas y debidamente autorizadas y efectuadas.  Que por la sangre que el derramo cuando padeció la muerte en la cruz, y depuse de haber vencido a la muerte, Jesucristo Resucito y que ahora todos nosotros podremos resucitar para compadecer ante el en base a nuestras obras ya fueren buenas o malas. Y que habrá una restauración del cuerpo a su forma perfecta para no separarse jamás. Y el manda a todos a que vengamos a el para ser salvos y sanados.


Y éste es el mandamiento: Arrepentíos, todos vosotros, extremos de la tierra, y venid a mí y sed bautizados en mi nombre, para que seáis santificados por la recepción del Espíritu Santo, a fin de que en el postrer día os presentéis ante mí sin mancha. En verdad, en verdad os digo que éste es mi evangelio; y vosotros sabéis las cosas que debéis hacer en mi iglesia; pues las obras que me habéis visto hacer, ésas también las haréis; porque aquello que me habéis visto hacer, eso haréis vosotros. De modo que si hacéis estas cosas, benditos sois, porque seréis enaltecidos en el postrer día.

(Libro de Mormón | 3 Nefi 27:20 - 22)

Y esta es la palabra del Señor que se levanta con justicia y con equidad para litigar y se pone de pie para juzgar a su pueblo. Y principalmente para los inicuos de entre ellos ya sean hombres, mujeres; y sus lideres prevaricadores que no cumplen los mandamientos de Dios y los ancianos que no ejecutan la ley debeiran temer y temblar porque asi el senor lo ha dicho:

Pues arruinada está Jerusalén, y Judá caída; porque sus lenguas y sus obras han sido contra el Señor para provocar los ojos de su gloria.

La apariencia de sus rostros testifica en contra de ellos, y publica que su pecado es como el de Sodoma, y no lo pueden ocultar. ¡Ay de sus almas!, porque han allegado el mal para sí mismos.

Decid a los justos que a ellos les irá bien, porque comerán del fruto de sus obras.

¡Ay de los impíos!, porque perecerán; pues el pago de sus manos vendrá sobre ellos.

Los opresores de mi pueblo son niños, y mujeres lo gobiernan. ¡Oh pueblo mío, los que te guían te hacen errar, y pervierten el curso de tus sendas!

El Señor se levanta para litigar, se pone en pie para juzgar al pueblo. Vendrá el Señor a juicio contra los ancianos de su pueblo y contra sus príncipes; porque habéis devorado la viña y el despojo del pobre en vuestras casas.

¿Qué pretendéis? Majáis a mi pueblo, y moléis las caras de los pobres, dice el Señor Dios de los Ejércitos.

Dice además el Señor: Por cuanto las hijas de Sión son altivas, y andan con cuello erguido y ojos desvergonzados, y caminan como si bailaran, y producen tintineo con los pies; herirá, pues, el Señor la mollera de las hijas de Sión con sarna, y descubrirá su desnudez.  En aquel día quitará el Señor la ostentación de sus ajorcas, y redecillas, y lunetas; los collares, y los brazaletes, y los rebociños; las cofias, los adornos de las piernas, los tocados, los pomitos de olor y los zarcillos;  los anillos, y los joyeles para la nariz;  las mudas de ropa de gala, y los mantos, y las tocas, y las bolsas;  los espejos, y los linos finos, y los rebozos, y los velos. Y sucederá que en lugar de perfumes, habrá hediondez; y soga en lugar de cinturón; y en lugar de cabellos peinados, calvicie; y en lugar de mantos, cilicio; y quemadura en lugar de hermosura. Tus varones caerán a espada, y tus fuertes en la batalla. Y sus puertas se lamentarán y enlutarán, y ella, desolada, se sentará en tierra.

(Libro de Mormón | 2 Nefi 13:8 - 26)

Ahora bien, lo que esta escrito arriba es un testimonio de lo que en breve se realizara para mostrar a todos que los ojos de Dios están sobre todos los hombres y que en base a sus obras, ya fueren buenas o malas, Dios viene como un ladrón en la noche, con su recompensa en la mano. Y de esto testifico como uno que tiene autoridad en el nombre de Jesucristo, Amen.

Atentamente un indigno siervo en las manos de Cristo

Miguel Ángel Tinoco Rodríguez


3 comments:

  1. ESCUCHAD, oh pueblo de mi iglesia, dice la voz de aquel que mora en las alturas, y cuyos ojos están sobre todos los hombres; sí, de cierto digo: Escuchad, pueblos lejanos; y vosotros los que estáis sobre las islas del mar, oíd juntamente.

    Porque, en verdad, la voz del Señor se dirige a todo hombre, y no hay quien escape; ni habrá ojo que no vea, ni oído que no oiga, ni corazón que no sea penetrado. Y los rebeldes serán traspasados de mucho pesar; porque se pregonarán sus iniquidades desde los techos de las casas, y sus hechos secretos serán revelados. Y la voz de amonestación irá a todo pueblo por boca de mis discípulos, a quienes he escogido en estos últimos días. E irán y no habrá quien los detenga, porque yo, el Señor, los he mandado. He aquí, ésta es mi autoridad y la autoridad de mis siervos, así como mi prefacio para el libro de mis mandamientos que les he dado para que os sea publicado, oh habitantes de la tierra.

    Por tanto, temed y temblad, oh pueblo, porque se cumplirá lo que yo, el Señor, he decretado en ellos. Y de cierto os digo, que a los que salgan para llevar estas nuevas a los habitantes de la tierra, les es dado poder para sellar, tanto en la tierra como en el cielo, al incrédulo y al rebelde; sí, en verdad, sellarlos para el día en que la ira de Dios sea derramada sin medida sobre los malvados; para el día en que el Señor venga a recompensar a cada hombre según sus obras, y medir a cada cual con la medida con que haya medido a su prójimo.

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  2. Por tanto, la voz del Señor habla hasta los extremos de la tierra, para que oigan todos los que quieran oír: Preparaos, preparaos para lo que ha de venir, porque el Señor está cerca; y la ira del Señor está encendida, y su espada se embriaga en el cielo y caerá sobre los habitantes de la tierra.

    Y será revelado el brazo del Señor; y vendrá el día en que aquellos que no oyeren la voz del Señor, ni la voz de sus siervos, ni prestaren atención a las palabras de los profetas y apóstoles, serán desarraigados de entre el pueblo; porque se han desviado de mis ordenanzas y han violado mi convenio sempiterno. No buscan al Señor para establecer su justicia, antes todo hombre anda por su propio camino, y en pos de la imagen de su propio dios, cuya imagen es a semejanza del mundo y cuya substancia es la de un ídolo que se envejece y perecerá en Babilonia, sí, Babilonia la grande que caerá.

    Por tanto, yo, el Señor, sabiendo las calamidades que sobrevendrían a los habitantes de la tierra, llamé a mi siervo José Smith, hijo, y le hablé desde los cielos y le di mandamientos; y también a otros di mandamientos de proclamar estas cosas al mundo; y todo esto para que se cumpliese lo que escribieron los profetas: Lo débil del mundo vendrá y abatirá lo fuerte y poderoso, para que el hombre no aconseje a su prójimo, ni ponga su confianza en el brazo de la carne; sino que todo hombre hable en el nombre de Dios el Señor, el Salvador del mundo; para que también la fe aumente en la tierra; para que se establezca mi convenio sempiterno; para que la plenitud de mi evangelio sea proclamada por los débiles y sencillos hasta los cabos de la tierra, y ante reyes y gobernantes.

    He aquí, soy Dios, y lo he declarado; estos mandamientos son míos, y se dieron a mis siervos en su debilidad, según su manera de hablar, para que alcanzasen conocimiento; y para que cuando errasen, fuese manifestado; y para que cuando buscasen sabiduría, fuesen instruidos; y para que cuando pecasen, fueran disciplinados para que se arrepintieran; y para que cuando fuesen humildes, fuesen fortalecidos y bendecidos desde lo alto, y recibieran conocimiento de cuando en cuando.

    Y para que mi siervo José Smith, hijo, después de haber recibido los anales de los nefitas, tuviera el poder para traducir el Libro de Mormón mediante la misericordia y el poder de Dios. Y también, para que aquellos a quienes se dieron estos mandamientos tuviesen el poder para establecer los cimientos de esta iglesia y de hacerla salir de la obscuridad y de las tinieblas, la única iglesia verdadera y viviente sobre la faz de toda la tierra, con la cual yo, el Señor, estoy bien complacido, hablando a la iglesia colectiva y no individualmente, porque yo, el Señor, no puedo considerar el pecado con el más mínimo grado de tolerancia.

    No obstante, el que se arrepienta y cumpla los mandamientos del Señor será perdonado; y al que no se arrepienta, le será quitada aun la luz que haya recibido; porque mi Espíritu no luchará siempre con el hombre, dice el Señor de los Ejércitos. Y de nuevo, de cierto os digo, oh habitantes de la tierra: Yo, el Señor, estoy dispuesto a hacer saber estas cosas a toda carne; porque no hago acepción de personas, y quiero que todo hombre sepa que el día viene con rapidez; la hora no es aún, mas está próxima, cuando la paz será quitada de la tierra, y el diablo tendrá poder sobre su propio dominio. Y también el Señor tendrá poder sobre sus santos, y reinará en medio de ellos, y bajará en juicio sobre Idumea, o sea, el mundo.

    Escudriñad estos mandamientos porque son verdaderos y fidedignos, y las profecías y promesas que contienen se cumplirán todas. Lo que yo, el Señor, he dicho, yo lo he dicho, y no me disculpo; y aunque pasaren los cielos y la tierra, mi palabra no pasará, sino que toda será cumplida, sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo. Porque he aquí, el Señor es Dios, y el Espíritu da testimonio, y el testimonio es verdadero, y la verdad permanece para siempre jamás. Amén.

    (Doctrina y Convenios | Sección 1:1 - 39)

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  3. ¿Andarán dos juntos si no están de acuerdo? ¿Rugirá el león en el bosque sin haber presa? ¿Dará el leoncillo su rugido desde su guarida sin haber apresado algo? ¿Caerá el ave en la trampa, en la tierra, sin haber cebo? ¿Se levanta la trampa de la tierra si no se ha atrapado algo? ¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad que Jehová no hay conocido? Porque no hará nada Jehová el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. Si ruge el león, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?

    Haced pregonar sobre los palacios de Asdod y sobre los palacios de la tierra de Egipto, y decid: Reuníos sobre los montes de Samaria y ved los muchos tumultos en medio de ella y las opresiones en medio de ella. Y no saben hacer lo recto, dice Jehová, los que atesoranaviolencia y despojo en sus palacios.

    Por tanto, Jehová el Señor ha dicho así: Un enemigo vendrápor todos los lados de la tierra y derribará tu fortaleza, y tus palacios serán saqueados. Así ha dicho Jehová: De la manera que el pastor libra de la boca del león dos patas o la punta de una oreja, así serán librados los hijos de Israel que en Samaria se sientan en el borde de la cama, y en Damasco, en un diván.

    Oíd y testificad contra la casa de Jacob, ha dicho Jehová Dios de los ejércitos: El día en que castigue las transgresiones de Israel, castigaré también los altares de Bet-el; y serán cortados los cuernos del altar y caerán a tierra. Y heriré la casa de invierno junto con la casa de verano, y las casas de marfil perecerán; y muchas casas serán arruinadas, dice Jehová.

    (AMOS 3:3-15)

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