Muchos correran de aui para alla

Daniel 12:4

Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y el conocimiento aumentará.


“Hay muchos hijos del Señor que andan corriendo de aquí para allá buscando una ancla estable y un canal seguro. Será tu responsabilidad y tu misión alumbrarles el camino a estas personas.” (P.M.B)

Tuesday, December 4, 2012

Os digo ahora, si éste es el deseo de vuestros corazones, ¿qué os impide ser bautizados en el nombre del Señor

Sión y Jerusalén, Diciembre 4 del 2012

Adi Caroline,

 Que la paz del Señor sea contigo

Os digo ahora, si éste es el deseo de vuestros corazones, ¿qué os impide ser bautizados en el nombre del Señor
                                                
(Libro de Mormón | Mosíah 18:10)
 

Os digo ahora, si éste es el deseo de vuestros corazones, ¿qué os impide leer las palabras de este humilde mensaje escrito con mucha diligencia y tacto por un indigno siervo en las manos de Cristo?  Es mi cometido manifestarte a ti y a todos cuantos quieran escuchar que Dios esta muy pendiente de ti y que sabe no solo los deseos sino los pensamientos de tu corazón. Y que desea contestar la inquietud que te entristece y que has entablado públicamente y hace algunas horas y que dice asi:

“quisiera poder devolver el tiempo y arreglar todo lo malo que hice :'(

De verdad quieres hacer eso?  Te lo pregunto porque nada es imposible para los que son capaces o lo que es imposible para los hombres, con Dios en y con nosotros todo es posible. Y Dios no puede mentir porque el lo dijo y lo repitió diciendo:

·         Mateo 19:26

Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible, mas para Dios todo es posible

·         Marcos 10:27

Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios.

Así que creas o no, es posible volver en el tiempo y rectificar o nacer de nuevo o volverse como un niño inocente delante de Dios y los hombres o nuestros semejantes. Y no solo eso sino que hasta es posible ensanchar nuestra memoria hasta el principio de la existencia del hombre o antes de que los fundamentos de esta tierra fueran establecidos donde tu y yo vivíamos en perfecta hermandad como espíritus celestiales en la viva presencia de Dios nuestro Padre.  

Ahora, ciñe tus lomos como hombre, es decir, prepárate a contestar porque yo te preguntare; y si tienes entendimiento tu me lo harás saber. Dime, Ad Carolina; ¿donde estabas tu cuando las estrellas cantaban de gozo y alababan todas las estrellas del alba por querer nacer?  Porque como te dije una vez, en un viejo poema de William Wordsworth,  “un sueño y un olvido solo es el nacimiento, el alma nuestra, la estrella de la vida, en otra esfera ha sido constituida y procede de un lejano firmamento. No viene el alma en completo olvido, NI DE TODAS LAS COSAS DESPOJADA, pues al salir de Dios, nuestra morada, con destellos celestiales se ha vestido.  

Crees que te digo la verdad? Y si lo crees, creerás lo que dicen las escrituras sobre esto? Porque de esto que te pregunte escrito esta:



“Ahora ciñe como hombre tus lomos; yo te preguntaré, y tú me lo harás saber.

¿Dónde estabas tú cuando yo  fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes entendimiento.”

Job 38:3-4

“cuando alababan todas las estrellas del alba, y se  regocijaban todos los  hijos de Dios?”

Job 38:7

Porque a eso, o el querer arreglar todo lo malo que hemos hecho en la vida es algo maravilloso, se le llama arrepentimiento. Es el segundo principio del evangelio eterno de salvación.  Es un gran don de misericordia otorgado por Dios. Si es un don de Dios el que en nosotros exista el sentimiento de poder o de querer ejercer la fe suficiente en Dios como para llegar a reconocer que en algo hemos caído o fallado.  Si te consuela en algo, todos, excepto el hijo unigénito del padre eterno, o con la acepción de Jesús el Cristo, todos nos hemos quedado cortos de la gloria de Dios o de llevar vidas perfectas.

·         Romanos 3:23

 por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios,

Ahora si tu refección es sincera de querer enderezar tus senderos o arreglar todo lo malo que has hecho en la vida, solo te hacen falta dos principios para completar entrar en la puerta o empezar el camino o el proceso que según tus palabras has comenzado por medio de la retrospección. Porque, luego de reconocer que hemos fallado y de sentir pesar como para no volver ha fallar mas en esas mismas cosas, y si es posible de hacer restitución o reparación, luego de eso podemos tener un comienzo nuevo. O como se dice en lenguaje popular hacer un borrón y empezar una cuenta nueva. Pero solo borrando o lavando nuestras faltas por medio del bautismo por inmersión para la remisión de pecados por alguien debidamente autorizado o comisionado por Jesucristo en su iglesia restaurada.  A esto se le llama entrar por la puerta. Y es un mandamiento y decreto de Dios el hacer porque si Cristo, siendo santo y sin pecado tuvo necesidad de ser bautizado para cumplir con toda justicia, cuanto mayor es nuestra necesidad de bautizarnos siendo pecadores. Y no digo yo esto de mi mismo sino que esta es la doctrina del padre y del hijo hasta que digan otra cosa. Porque tanto el Padre como el hijo han dicho por medio del Espirita Santo a sus siervos los profetas:

Ahora bien, si el Cordero de Dios, que es santo, tiene necesidad de ser bautizado en el agua para cumplir con toda justicia, ¡cuánto mayor es, entonces, la necesidad que tenemos nosotros, siendo pecadores, de ser bautizados, sí, en el agua!

Y ahora, quisiera preguntaros, amados hermanos míos, ¿cómo cumplió el Cordero de Dios con toda justicia bautizándose en el agua  ¿No sabéis que era santo? Mas no obstante que era santo, él muestra a los hijos de los hombres que, según la carne, él se humilla ante el Padre, y testifica al Padre que le sería obediente al observar sus mandamientos. Por tanto, después que fue bautizado con agua, el Espíritu Santo descendió sobre él en forma de paloma.

Y además, esto muestra a los hijos de los hombres la angostura de la senda, y la estrechez de la puerta por la cual ellos deben entrar, habiéndoles él puesto el ejemplo por delante.

Y dijo a los hijos de los hombres: Seguidme. Por tanto, mis amados hermanos, ¿podemos seguir a Jesús, a menos que estemos dispuestos a guardar los mandamientos del Padre?

Y el Padre dijo: Arrepentíos, arrepentíos y sed bautizados en el nombre de mi Amado Hijo. Y además, vino a mí la voz del Hijo, diciendo: A quien se bautice en mi nombre, el Padre dará el Espíritu Santo, como a mí; por tanto, seguidme y haced las cosas que me habéis visto hacer.

Por tanto, amados hermanos míos, sé que si seguís al Hijo con íntegro propósito de corazón, sin acción hipócrita y sin engaño ante Dios, sino con verdadera intención, arrepintiéndoos de vuestros pecados, testificando al Padre que estáis dispuestos a tomar sobre vosotros el nombre de Cristo por medio del bautismo, sí, siguiendo a vuestro Señor y Salvador y descendiendo al agua, según su palabra, he aquí, entonces recibiréis el Espíritu Santo; sí, entonces viene el bautismo de fuego y del Espíritu Santo; y entonces podéis hablar con lengua de ángeles y prorrumpir en alabanzas al Santo de Israel.

(Libro de Mormón | 2 Nefi 31:5 - 13)

Luego de esto, o del bautismo como dice la escritura viene el bautismo de fuego y del espíritu santo que  una vez limpios entra en nosotros o nos acompaña y nos conduce en un camino recto y angosto en la perseverancia hasta alcanzar la perfección que no es nada mas ni nada menos que hacer un aliya o regresar a casa que es nuestra morada eterna con un cuerpo resucitado y perfecto para pode así gozar d una plenitud de gozo en la presencia de nuestro Dios. Porque escrito esta:

He aquí, esto constituye el albedrío del hombre y la condenación del hombre; porque claramente les es manifestado lo que existió desde el principio, y no reciben la luz. Y todo hombre cuyo espíritu no recibe la luz está bajo condenación.

Porque el hombre es espíritu. Los elementos son eternos; y espíritu y elemento, inseparablemente unidos, reciben una plenitud de gozo; y cuando están separados, el hombre no puede recibir una plenitud de gozo.

Los elementos son el tabernáculo de Dios; sí, el hombre es el tabernáculo de Dios, a saber, templos; y el templo que fuere profanado, Dios lo destruirá.

La gloria de Dios es la inteligencia, o en otras palabras, luz y verdad. La luz y la verdad desechan a aquel inicuo. Todos los espíritus de los hombres fueron inocentes en el principio; y habiéndolo redimido Dios de la caída, el hombre llegó a quedar de nuevo en su estado de infancia, inocente delante de Dios. Y aquel inicuo viene y despoja a los hijos de los hombres de la luz y la verdad, por medio de la desobediencia, y a causa de las tradiciones de sus padres. Pero yo os he mandado criar a vuestros hijos en la luz y la verdad.

(Doctrina y Convenios | Sección 93:31 - 40)

Hay muchas personas en el mundo entre todas las sectas, denominaciones y partidos religiosos que no conocen la verdad simplemente porque no sabe donde encontrarla. Y es mi deber como lo ha sido el de mis hermanos tanto en cuanto seamos escuchados, mostrarles a algunas de estas personas el camino a seguir.  Y aunque cometo muchos errores, las escrituras no me dejan mentir porque casi todo lo que digo se confirma con lo que han escrito los profetas.

Y además, es una obligación imperiosa que tenemos para con la generación que va creciendo y para con todos los puros de corazón; porque todavía hay muchos en la tierra, entre todas las sectas, partidos y denominaciones, que son cegados por la sutil astucia de los hombres que acechan para engañar, y no llegan a la verdad sólo porque no saben dónde hallarla; por lo tanto, consumamos y agotemos nuestras vidas dando a conocer todas las cosas ocultas de las tinieblas, hasta donde las sepamos; y en verdad éstas se manifiestan de los cielos; de manera que se debe atender a estas cosas con gran diligencia.

(Doctrina y Convenios | Sección 123:11 - 14)

Quisiera terminar esta Jornada con las palabras de un gran sumo sacerdote y profeta que se llama Alma y también con el decreto y mandamiento expreso de la boca de Jesucristo que Dio a su pueblo aquí en las Américas o Sión después de su muerte, resurrección y atención en la tierra de Jerusalén,  tal y o como esta documentado en el libro de Mormón así como de otras escrituras.

Y aconteció que les dijo:

He aquí las aguas de Mormón (porque así se llamaban); y ya que deseáis entrar en el redil de Dios y ser llamados su pueblo, y estáis dispuestos a llevar las cargas los unos de los otros para que sean ligeras; sí, y estáis dispuestos a llorar con los que lloran; sí, y a consolar a los que necesitan de consuelo, y ser testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar en que estuvieseis, aun hasta la muerte, para que seáis redimidos por Dios, y seáis contados con los de la primera resurrección, para que tengáis vida eterna; os digo ahora, si éste es el deseo de vuestros corazones, ¿qué os impide ser bautizados en el nombre del Señor, como testimonio ante él de que habéis concertado un convenio con él de que lo serviréis y guardaréis sus mandamientos, para que él derrame su Espíritu más abundantemente sobre vosotros?

(Libro de Mormón | Mosíah 18:8 - 10)

Y éste es el mandamiento: Arrepentíos, todos vosotros, extremos de la tierra, y venid a mí y sed bautizados en mi nombre, para que seáis santificados por la recepción del Espíritu Santo, a fin de que en el postrer día os presentéis ante mí sin mancha. En verdad, en verdad os digo que éste es mi evangelio; y vosotros sabéis las cosas que debéis hacer en mi iglesia; pues las obras que me habéis visto hacer, ésas también las haréis; porque aquello que me habéis visto hacer, eso haréis vosotros. nDe modo que si hacéis estas cosas, benditos sois, porque seréis enaltecidos en el postrer día.

(Libro de Mormón | 3 Nefi 27:20 - 22)


Como ves, te he hablado con la luz de la verdad con mucha claridad y diligencia. Y lo hago porque el valor de las almas es grande a la vista de Dios. Y también porque yo de mi mismo deseo el eterno bienestar de tu alma y la de tus seres amados y de todos aquellos que desee leer o saber como ser salvos en el reino de Dios. Y sea toda la honra y gloria para Dios porque lo que hago no lo hago de mi mismo, sino que hablo por el don y el poder de Dios como la voz de uno que clama el arrepentimiento en el desierto, que es fuerte y poderoso y cuyas idas son hasta los extremos de la tierra; y cuya voz se extiende a todos los hombres diciendo:

Arrepentíos, arrepentíos y preparad el camino del Señor porque le reino de los cielos se ha acercado, y el hacha esta puesta a la raíz de todo árbol, y todo árbol que no produzca buen fruto será talado y echado en el fuego de donde ningún viajero regresa. Y así me mandado el Señor que diga, y lo hago con humildad, con amor y mansedumbre en el nombre sagrado de Jesucristo, amen.

Atentamente un indigno siervo en las manos de Cristo

Miguel Ángel tinoco Rodríguez.

2 comments:


  1. Y ahora, he aquí os digo, hermanos míos, vosotros los que pertenecéis a esta iglesia, ¿habéis retenido suficientemente en la memoria el cautiverio de vuestros padres? Sí, ¿y habéis retenido suficientemente en la memoria la misericordia y longanimidad de Dios para con ellos? Y además, ¿habéis retenido suficientemente en la memoria que él ha rescatado sus almas del infierno? He aquí, él cambió sus corazones; sí, los despertó de un profundo sueño, y despertaron en cuanto a Dios. He aquí, se hallaban en medio de la obscuridad; no obstante, la luz de la sempiterna palabra iluminó sus almas; sí, los tenían ceñidos las ligaduras de la muerte y las cadenas del infierno, y los esperaba una eterna destrucción.

    Y os pregunto ahora, hermanos míos: ¿Fueron destruidos? He aquí, os digo que no; no lo fueron.

    Y os pregunto también: ¿Fueron quebrantadas las ligaduras de la muerte, y desatadas las cadenas del infierno que los tenían atados? Os digo que sí; fueron desatadas, y sus almas se ensancharon, y cantaron del amor que redime. Y os digo que son salvos.

    Y os pregunto ahora: ¿Según qué condiciones son salvos? Sí, ¿en qué se fundaban para esperar la salvación? ¿Por qué motivo fueron librados de las ligaduras de la muerte, sí, y de las cadenas del infierno también?

    He aquí, os lo puedo decir. ¿No creyó mi padre Alma en las palabras que se declararon por boca de Abinadí? ¿Y no fue él un santo profeta? ¿No habló las palabras de Dios, y las creyó mi padre Alma? Y según su fe, se realizó un gran cambio en su corazón. He aquí, os digo que todo esto es verdad.

    Y he aquí, él predicó la palabra a vuestros padres, y en sus corazones también se efectuó un gran cambio; y se humillaron, y pusieron su confianza en el Dios verdadero y viviente. Y he aquí, fueron fieles hasta el fin; por tanto, fueron salvos.

    Y ahora os pregunto, hermanos míos de la iglesia: ¿Habéis nacido espiritualmente de Dios? ¿Habéis recibido su imagen en vuestros rostros? ¿Habéis experimentado este gran cambio en vuestros corazones? ¿Ejercéis la fe en la redención de aquel que os creó? ¿Miráis hacia adelante con el ojo de la fe y veis este cuerpo mortal levantado en inmortalidad, y esta corrupción levantada en incorrupción, para presentaros ante Dios y ser juzgados de acuerdo con las obras que se han hecho en el cuerpo mortal? Os digo: ¿Podéis imaginaros oír la voz del Señor en aquel día, diciéndoos: Venid a mí, benditos, porque, he aquí, vuestras obras han sido obras de rectitud sobre la faz de la tierra?

    ¿O suponéis que podréis mentir al Señor en aquel día, y decir: Señor, nuestras obras han sido justas sobre la faz de la tierra; y que entonces él os salvará? O de lo contrario, ¿podéis imaginaros llevados ante el tribunal de Dios con vuestras almas llenas de culpa y remordimiento, teniendo un recuerdo de toda vuestra culpa; sí, un recuerdo perfecto de todas vuestras iniquidades; sí, un recuerdo de haber desafiado los mandamientos de Dios?

    Os digo: ¿Podréis mirar a Dios en aquel día con un corazón puro y manos limpias? ¿Podréis alzar la vista, teniendo la imagen de Dios grabada en vuestros semblantes?

    Os digo: ¿Podéis pensar en ser salvos cuando os habéis sometido para quedar sujetos al diablo?

    Os digo que en aquel día sabréis que no podéis ser salvos; porque nadie puede ser salvo a menos que sus vestidos hayan sido lavados hasta quedar blancos; sí, sus vestidos deben ser purificados hasta quedar limpios de toda mancha, mediante la sangre de aquel de quien nuestros padres han hablado, el cual habrá de venir para redimir a su pueblo de sus pecados.

    (Libro de Mormón | Alma 5:6 - 21)

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  2. Y a todos vosotros que deseáis seguir la voz del buen pastor, ahora os digo: Salid de entre los inicuos, y conservaos aparte, y no toquéis sus cosas inmundas; pues he aquí, sus nombres serán borrados, a fin de que los nombres de los inicuos no sean contados entre los nombres de los justos, para que se cumpla la palabra de Dios, que dice: Los nombres de los inicuos no serán mezclados con los nombres de los de mi pueblo; porque los nombres de los justos serán escritos en el libro de la vida, y a ellos les concederé una herencia a mi diestra. Y ahora bien, hermanos míos, ¿qué tenéis que decir en contra de esto? Os digo que si habláis en contra de ello, nada importa; porque la palabra de Dios debe cumplirse.

    Pues, ¿qué pastor hay entre vosotros que, teniendo muchas ovejas, no las vigila para que no entren los lobos y devoren su rebaño? Y he aquí, si un lobo entra en medio de su rebaño, ¿no lo echa fuera? Sí, y por último, si puede destruirlo, lo hará.

    Y ahora os digo que el buen pastor os llama; y si escucháis su voz, os conducirá a su redil y seréis sus ovejas; y él os manda que no dejéis entrar ningún lobo rapaz entre vosotros, para que no seáis destruidos. Y ahora bien, yo, Alma, os mando, con las palabras de aquel que me ha mandado a mí, que os esforcéis por cumplir con las palabras que os he hablado.

    Os hablo por vía de mandamiento a vosotros que pertenecéis a la iglesia; y por vía de invitación os hablo a los que no pertenecéis a ella, diciendo: Venid y bautizaos para arrepentimiento, a fin de que también participéis del fruto del árbol de la vida.

    (Libro de Mormón | Alma 5:57 - 62)


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